XI. Noche

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En aquella noche, la luna junto a las estrellas estaban siendo testigos de una gran unión, que sucedía dentro de una cabaña abandonada. Sus manos se entrelazaron con fuerza, las prendas despojadas en algún rincón del lugar.

Sus cuerpos unidos, en el movimiento del vaivén que él daba con sus embestidas. Ambos movían sus caderas, ella se aferraba como si estuviera abrazándolo por el cuello; se quedaba casi sin aliento por la manera que ese hombre le hace sentir, sus gemidos y la forma que nombraba su nombre en plena noche lujuriosa.

«Él es un demonio»

El joven sonríe con malicia porque al fin la tenía a ella, a su merced, a su disposición como tanto deseaba...Y sobre todo, robar tanto cuerpo, alma y corazón a la nueva sacerdotisa.

—Eres mía...Kagome —le dijo Sesshomaru, una vez que sus labios se volvieron a unir de una manera fogosa. Siendo que sus caderas seguían moviéndose con frenesí.

¡Espero que les haya gustado, saludos y cuídense!

Atte. J.H ©

Fictober InuYasha // Punto débilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora