XVI. Miroku

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Ella miraba como el monje se frotaba en su mejilla izquierda estando colorada e hinchada. A veces, siente que merece ser corregido, más bien por su comportamiento inapropiado, siendo una situación algo complicada.

Su amiga, Kagome, se fue a la época moderna. Porque la propuesta del enemigo, valía por una vida o quizás dos. Aunque todo puede ser una trampa, ese valor podría salir caro. Cambiar cuatro vidas por revivir dos.

InuYasha ni siquiera la retuvo y fue en otra dirección, con la única intención de destruir a Naraku por su cuenta.

Kohaku no está a su lado, sino al lado de Sesshomaru. Su amiga, quería ir a buscarlo para traerlo nuevamente al grupo, así atraen al enemigo.

Kirara le ofrecía mimos, su dueña parecía enternecida y tranquila. Sonríe la joven al sentir un afecto diferente; existía ocasiones que no podía comer bien, ya que se preocupaba no solo por la situación de sus amigos, sino por el peligro que podía correr su hermano menor.

—Gracias, Kirara.

De pronto, se sentía mareada y débil físicamente. Su vista se nublaba, le dolía la cabeza que al tocar su frente sintió que ardía un poco.

¡Sango! exclamó, Miroku estando alterado. Vio cómo su compañera se tambaleaba hasta agarrarla entre sus brazos. Solo que la caída fue diferente, la exterminadora estaba arriba del cuerpo de su compañero.

—Miroku...N-No me siento bien —comentó con voz ronca.

Ella tenía sus mejillas coloradas y sentía un calor interno, solo no podía tratar de reconocer por la situación incómoda o por su fiebre.

Él toca su frente para controlar su estado. Se da cuenta que ella tenía razón, había levantado temperatura y en parte, suponía que se debe a tanta preocupación con respecto a Kohaku y por el cambio de clima.

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¡Espero que les haya gustado, saludos y cuídense!

Atte. J.H ©

Fictober InuYasha // Punto débilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora