XXI. Infancia

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Cuando él era un niño de tan solo diez años, había espiado una vez a su padre. Comprobando que a él le interesaba otra mujer, que estuvo engañando a su madre todo este tiempo.

Nunca comprendió el porqué. Algo que le inquietaba era saber que en algún futuro, tendría problemas con su trono, con la herencia de su padre.

No le agrada la idea de enterarse de la existencia de un ser mitad bestia-humano.

También, durante su infancia, hizo una promesa de no enamorarse de una humana...

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Él  con tan solo diez años o doce, según aparentaba a esa edad. Estaba mirando un pozo algo maltratado y rodeado de plantas; creyó haber escuchado la voz de una niña llorando. Se giró sobre sus talones para retirarse, sin pensar que lo que suponía era verdad.

¿¡Mamá!? ¿¡Abuelo!?

Dudaba en ayudarla, porque no quería involucrarse con los humanos. Después de recordar lo que había hecho su padre.

Ese llanto le pareció tan molesto que decidió ayudarla.

— ¡Que date ahí, voy a entrar!

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¡Espero que les haya gustado, saludos y cuídense!

Atte. J.H ©

Fictober InuYasha // Punto débilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora