XVIII. Naraku

743 77 2
                                    

.

«No, puedes alterar el pasado, pero puedes aprender algo de él» 

Es lo que su conciencia le decía. 

Ella avanzaba sus pasos con él, así enfrentarlo cara a cara.

Quizás, todo esto no hubiera sucedido por aquella maldición de la sacerdotisa, Tsubaki. Puede que se haya burlado por un hechizo así, sobre todo por no tener algún interés, en pasar por el resto de su vida al lado de un hombre.

Kikyo solamente pensaba en salvar a los aldeanos, educar, enseñar a su hermana menor a enfrentar los verdaderos peligros que suceden afuera de su pueblo. Proteger a los humanos y ser la protectora de la perla, era una tarea difícil. En ningún momento debe bajar la guardia. Ni siquiera vincular sus sentimientos hacia un hombre...

Onigumo no podría ser. No quería dar falsas esperanzas, aunque temía por su salud.

Pero... A todo esto, se enamoró de una bestia. De alguien que nunca imaginó que pudiera suceder, dialogando con ese joven hanyou, pasando tiempo con su compañía. Muy en el fondo, no quería enamorarse ya que su propia mente la retenía pero su corazón, fue capaz de nublar a la conciencia.

Ahora, ella se encontraba ahí apuntando con su flecha y estirando el hilo delgado de su arco.

— ¡Naraku, aquí estoy! —gritó, la sacerdotisa.

Hola Kikyo, ¿tú, sola? —habló el enemigo, manteniendo una sonrisa socarrona.

—Yo también, vine con ella.

Naraku frunce entre cejas, al ver a su otro rival parado y acompañando a la sacerdotisa que le cautivo en el pasado.

Naraku frunce entre cejas, al ver a su otro rival  parado y acompañando a la sacerdotisa que le cautivo en el pasado.

¡InuYasha!

-------------------------------------------------------------

¡Espero que les haya gustado, saludos y cuídense!

Atte. J.H ©

Fictober InuYasha // Punto débilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora