XXVI. Compañía

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Cuando Sesshomaru salvo a esa niña, no pensó que tuviera una vestimenta bastante extraña. No era un kimono, o algo más, como suelen vestir los campesinos y con algún atuendo tradicional que habrá visto entre los humanos de esta época.

Aquella humana tenía una herida en su rodilla, si fuera por él, la hubiera abandonado cuando apenas la vio atrapada en el pozo. Le ayudó con su única razón de calmar su insoportable llanto, que le parecía ruidoso. Podía sentir como ella jugaba con algunos mechones de su cabello plateado.

M-Muchas Gracias por salvarme, ¿P-Puedo hacerte compañía? preguntó. Ella acariciaba el cabello de un niño desconocido y le tocaba sus puntiagudas orejas.

—No, no debería ayudarte —contestó, sin mostrar alguna expresión facial en su rostro.

¿P-Porque no?

Eres una niña molesta —contra dijo, el niño parecía estar algo molesto por saber que tendrá su compañía, a lo largo del tiempo —Porque tú eres una humana y yo...

Apenas la miró de reojo y se quedó callado por unos minutos.

—...Un monstruo.

¿Monstruo? No te veo de esa manera.

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¡Espero que les haya gustado, saludos y cuídense!

Atte. J.H ©

Fictober InuYasha // Punto débilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora