13 - Hyunjin (Ash)

500 19 0
                                    

Esto no es un shipps, pero igual espero que les guste.

Ash: ceniza.

El fuego es destrucción, es perdición, es lo que quema todo lo que encuentra a su paso, lo envuelve con sus llamas y termina por reducirlo a cenizas.

El fuego es el dolor, el sufrimiento y la manipulación. Es el veneno más común, así como también lo es el amor.

No por nada se compara al sentirse enamorado con estar ardiendo, a la pasión con el fuego. Son metáforas que ocultan una verdad que duele: el amor es destrucción, es perdición, es lo que quema a toda persona que encuentra a su paso, la envuelve con sus llamas y termina por reducirla a cenizas.

Así es el proceso natural de quemarse. Hyunjin lo conoce bien. Ha sufrido tantas veces lo mismo que ya conoce el infierno como la palma de su mano.

Cometió el error de enamorarse, dejarse envolver por el fuego y convertirse en ceniza. Dos veces.

Y eso era ahora, los restos que el incendio deja atrás: cenizas.

Tras perder la razón por tercera vez, se prometió no volver a caer en los juegos diabólicos del romance. Hyunjin había perecido pero de entre las brazas calientes de su resurrección surgió un demonio peor.

Su último novio no solamente lo había dejado con el corazón roto, sino también con una deuda de 240,000 wons a su nombre con una de las redes de prestamistas más grandes de Corea.

El muy bastardo había puesto sus deudas y créditos a nombre de Hyunjin y él lo aceptó porque estaba estúpidamente enamorado.

No contaba con que después de seis meses cortarían y que todas sus deudas él tendría que pagarlas.

No le quedó más remedio que aceptar un trabajo malo, sucio y denigrante como stripper masculino en un bar cercano. El trabajo era malo pero la paga era muy buena. Hyunjin incluso aceptaba hacer alguno que otro "trabajito" que algunos clientes le proponían con orejas rojas y manos inquietas.

Su nombre de bailarín era Ash. Lo había elegido después de aceptar que se había vuelto cenizas, un amor apagado del que solo queda un rastro de melancolía.

Pronto se hizo famoso en el lugar y no faltaban nunca clientes. Casi todos eran señores mayores de 50 que querían volver a sentirse jóvenes. Viejos calenturientos y poco delicados. Hyunjin prefería a los clientes jóvenes, eran más activos y menos agresivos.

Sin embargo, nunca se negó a un trabajo. No tener corazón le ayudaba bastante. Así llegó a ser el encargado del lugar. La dueña le tomó confianza y lo ascendió hasta el manager de los demás bailarines.

Seguía bailando y haciendo privados a la gente que lo solicitaba, era la mejor forma de complementar su paga.

Estaba bailando en el escenario, cuando uno de los empleados le hizo señas para que bajara. Eso significaba que había otro trabajo más.

Se acercó al mesero y éste le explicó la situación: un chico de 18 años había solicitado al jefe.

Dieciocho era bastante joven, Hyun jamás había estado con nadie menor que él, pero le interesaba bastante la situación.

¿Cómo alguien que junta dinero para pagar sexo, va a un lugar como ese y contrata a uno de los escorts, tiene dudas sobre su sexualidad?

Hyunjin se fue a su camerino, no sin antes indicarle al mesero que llevara al chico también ahí.

Se cambió la ropa por algo un poco más sexy, le gustaba estar bien vestido siempre.

Alguien tocó a la puerta. Un chico de pecas entró. Lucía perdido, fuera de lugar. Sus ojos no se despegaban del suelo y sus brazos y piernas se movían rígidos.

Skz Fictober - 31 días de OS (multishipps) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora