Skz Fictober - 31 días de OS (multishipps) [EN EDICIÓN]

24 - JeongMin (Dizzy)

Dizzy - Mareado

Jeongin x seungmin

Jeongin sintió una bola formarse en su vientre, una opresión sobre sus órganos internos ligera pero muy molesta. El chico estaba solo en su casa, su familia estaba fuera haciendo cada quien sus actividades cotidianas por lo que no había quien lo auxuliara por el momento.

Esperaba a que llegara Seungmin, su nuevo novio, quien iría a visitarlo supuestamente para llevarlo en una cita.

Su pareja llevaba ya quince minutos de retraso, el mismo tiempo que Jeongin tenía sintiéndose mal.

Su barriga, aunque usualmente plana y sin un gramo de grasa, estaba algo abultada. Sus entrañas hacían ruidos extraños.

Jeongin se intentó poner de pie y todo le dio vueltas. De ningún modo podría salir así. Pensó en cancelar su cita pero ya era demasiado tarde para avisarle a su chico por mensaje. Pensó que sería mejor explicarle en persona que no se sentía bien.

Si tan solo Seungmin decidiera aparecerse.

Esperó unos minutos sentado en silencio, sosteniéndose el estómago y deseando que el dolor se desvanecer ya.

Cuando Seungmin llegó a su casa ya habían pasado más de cuarenta minutos después de la hora acordada. Pero a Jeongin no le importó la impuntualidad, para el menor cada instante era un suplicio estuviera su novio ahí o no.

Jeongin abrió la puerta y saludó a su novio con todo el cariño que le permitía su situación actual.

Seungmin se animó a besar a Jeonin. Le tomó por la cintura y unió sus bocas. El menor pasó sus manos alrededor del cuello del contrario, inmerso en el beso, pero cuando sintió su estómago contraerse una vez más, una alarma se disparó en su cerebro. Empujó a Seungmin y corrió hasta su baño.

Jeongin devolvió todo lo que tenía en el estómago. Era un tormento, el dolor, el asco y la incomodidad que no pararon hasta que su estómago estuvo completamente vacío. Una fuerte migraña se sumó al cuadro de síntomas.

Seungmin se quedó en la sala, entre confundido y  shockeado por el hecho de que Jeongin lo huese apartado tan repentinamente.

No supo que hacer en el momento. Fue hasta cuando escuchó a su pareja sumirse en arcadas dolorosas que reaccionó. Corrió a auxiliarle pero cuando pudo intervenir el chico ya había pasado lo peor.

El menor tiró de la cadena y se lavó los dientes. Jeongin odiaba el sabor del vómito y quería deshacerse de él de inmediato.

Otra punzada atacó su estómago. Se detuvo un momento agarrando el borde del lavabo con fuerza. Dio un rápido vistazo a su imagen en el espejo. Su cabello despeinado y su cara incolora le daban un aspecto fantasmal. Las bolsas bajo sus ojos se habían vuelto más grandes y oscuras, quizá por el contraste con su palidez.

Intentó regular su respiración y se retornó para encarar al chico que esperaba paciente fuera del baño.

—¿Te sientes muy mal? —preguntó Seungmin.

Jeongin asintió ligeramente. El simple movimiento de contestación le sacudió las ideas. De repente todo daba vueltas sin parar.

Jeongin se recargó en la pared a su derecha deseando que el mundo dejase de girar. Era desesperante, cada movimiento que hacía lo marea a más.

Seungmin le ayudó a llegar a su habitación, lo acostó en su cama y le atendió lo mejor que pudo.

—Siento que no podamos ir a nuestra cita —se lamentó Jeongin. Seungmin negó con la cabeza restándole importancia.

—Otro día será.

El enfermo sonrió débilmente. Estaba agradecido de tener un novio tan comprensivo, además de tan educado y atento como para permanecer con él toda la tarde hasta que algún miembro de su familia llegara a casa y pudiera seguir cuidándolo. Al menos ese era el plan que Seungmin ideó por si solo.

—No tienes que hacerlo —le dijo jeongin—. Es solo un dolor de estómago. Dormiré un poco y se me pasará. Puedes ir a casa.

Seungmin se negó. De ninguna forma lo dejaría sufrir sólo y, aunque no pudiera disminuir su dolor o sus mareos, podía mantenerlo entretenido con sus gestos o sus ideas locas.

Quizás no fuera una cita pero al menos pasaría tiempo con él y lo haría sentir bien.

—¿Crees que estés embarazado? —le dijo seungmin la idea que había surgido en su mente de la nada.

Sería gracioso imaginarse a Jeongin encinta, especialmente por su cuerpo pequeño y delicado.

—¡Claro que no! —Jeongin quiso reír por la ocurrencia pero no tenía mucho sentido del humor en esos instantes.

—Yo sería un gran padre —opinó el dandy boy alzando la ceja.

Los siguientes diez minutos se pasaron entre los delirios de Seungmin sobre nombres de bebés y una que otra historia sobre sus habilidades innatas con los niños que descubrió cuidando a sus sobrinos. Jeongin sonreía débil y dejaba a su chico hablar. De vez en cuando trataba de contestar y seguirle el juego. De alguna forma eso le ayudó pues le distraía del dolor.

—Desearía que pudiéramos tener un hijo —fantaseó seungmin—. Pero que fuera nuestro nuestro ¿Te imaginas? Ver cada día tu pancita crecer e ir juntos a comprar ropita de colores. Obvio yo la elegiría porque tengo mejor gusto... Claro, tendría que soportar tus malos humores y cumplirte todos tus antojos, pero no me molestaría.

Jeongin frunció el ceño. No le placía la idea de pasar por todos los problemas y las labores de parto, aunque fuera sólo imaginado.

—¿Pero por qué tendría que ser yo el embarazado si yo soy el activo? —reflexionó Jeongin repentinamente.

Las mejillas de Seungmin se coloraron de rojo al recordar las veces que lo habían hecho. La idea de un embarazo ya no le gustó tanto. Su cuerpo no estaba hecho para alojar a un ser humano aunque sea hipotéticamente. Entonces Seungmin agradeció que los hombres no pudieran embarazarse.

Aunque aún quería tener un hijo con Jeongin.