Capítulo 19

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- Ana, ¿qué haces aquí? - preguntó Mimi extrañada cuando Ana entró por la puerta de su casa. No es que le molestara, no se iba a quejar precisamente, pero no esperaba la visita y Ana no solía plantarse allí sin avisar.

- Esto es lo que hago - respondió la canaria dando unos cuantos pasos hasta llegar a ella y, tras agarrar su cara con ambas manos, la besó.

No era un beso como el que Mimi recordaba de la boda, no era dulce y comedido, era más bien todo lo contrario. Pero al igual que el otro, cogió a Mimi totalmente por sorpresa. Ana profundizó el beso con ganas, acariciándola con su lengua y provocando que Mimi soltara un pequeño gemido. Durante unos minutos parecía que el tiempo realmente se había detenido y que la temperatura había aumentado, y fue entonces cuando Ana se separó. Mimi miró con asombro a su amiga, pero antes de que pudiera asimilar lo que acababa de pasar, la morena se había lanzado a besar su cuello mientras sus manos recorrían, sin reparo, la espalda de Mimi hacia abajo.

Un apretón en el culo de la rubia fue lo que hizo que al fin reaccionara. Intentó ser ella quien llevara el control y dio unos pasos hasta dejar a Ana prisionera entre su cuerpo y la pared, allí, en medio del pasillo de su piso. Volvieron a besarse, está vez de una forma desesperadamente lenta hasta que Mimi atrapó el labio inferior de Ana y tiró de él. La rubia se separó y, apoyando su frente contra la de Ana, habló en un susurro al compás de una respiración un poco entrecortada.

- ¿Qué pasa con Miguel Ángel?

- ¿A quién le importa? - respondió Ana con una sonrisa y tiró de la nuca de Mimi para volver a atraerla hacia su boca.

Mimi se conformó con esa respuesta y, mientras la besaba de nuevo, paseó con sus manos por debajo de la camisa blanca de Ana notando cómo se estremecía y erizaba cada centímetro de su piel al notar el contacto. Ana se separó del beso y se quitó la camisa con tranquilidad, botón a botón mientras miraba fijamente a Mimi y le dedicaba una sonrisa pícara.

- Pero la regla número...- comenzó a decir Mimi con la boca un poco seca.

- ¿Quieres que hablemos de reglas ahora? - preguntó Ana soltando una carcajada y volvió a la carga.

Después de unos minutos más entre besos y caricias, los dedos de Mimi jugaron con el filo del pantalón de la otra chica y acabaron desabrochando el botón para tener acceso a aquello que llevaba tanto tiempo deseando. Ana jadeó un poco al notar como Mimi se adentraba bajo la tela de su ropa interior, y cuando la rubia se disponía a averiguar el estado en que se encontraba Ana, una canción la sorprendió. Mimi miró extrañada a la canaria, notando como la canción sonaba cada vez más fuerte.

- Esa canción es mi...

Despertador. Lo que sonó fue la alarma del móvil de Mimi, que provocó que se despertara sobresaltada y con el mismo calor que había sentido en el sueño. A pesar de lo real que había parecido, Mimi comprobó que no había nadie más en su habitación y abrió los ojos como platos al darse cuenta del tipo de sueño que acababa de tener con Ana. Pensó que no podía culparse por ello, hasta Ricky tuvo un sueño parecido con la canaria cuando estaba en la academia. Pero sí podía culparse a sí misma por maldecir al puto despertador que no la había dejado terminar.

Tras una ducha larga en la que liberó la tensión de aquel sueño, Mimi se preparó para ir al estudio, dónde pasó toda la mañana trabajando sin descanso. Era uno de esos días en los que no tenía tiempo ni para mirar su móvil, un día de pasar horas trabajando y yendo de un lugar para otro, siempre con prisas. Comió rápidamente al salir del estudio y se dirigió al edificio de Universal, dónde tenía una reunión.

En aquella reunión le comunicaron las fechas de algunos conciertos que tendría antes del lanzamiento del disco, y acordaron que Mimi cantaría en ellos, además de las covers y Ya no quiero na', alguna canción de Akelarre que todavía no hubiese sacado como single. Luego hablaron de la presentación del disco y del Akelarre Tour, que comenzaría una vez que el álbum saliera al mercado. Mimi estaba muy contenta porque iba a cantar en muchos festivales y le hacía ilusión hacerlo en tantas ciudades distintas, cosa que no habría imaginado cuando fue la primera expulsada de Operación Triunfo. Estuvieron reunidos durante algunas horas, y casi eran las 7 de la tarde cuando Mimi caminaba hacia la salida del edificio de la discográfica. Fue entonces cuando recibió una llamada que no esperaba.

Exigencias de contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora