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"Secreto".

Sus bocas se movían de lado a lado con fervor, sus lenguas no se separaban en ningún momento, siempre teniendo contacto, teniendo una batalla por ver cuál ganaría, cuál dominaría. A menos que quisiesen morderse los labios se separaban.
JiMin estaba pegado al tronco del árbol mientras soltaba sin parar jadeos, sus brazos estaban extendidos por el cuello de JungKook, abrazándolo, y los de éste estaban en sus caderas entrelazados, apretando ahí a veces para calmar un poco su autocontrol y no subir la intensidad.

JungKook lamió el labio de JiMin para que se separasen agitados de forma muy lenta. El contacto visual no se rompía, ambos seguían sedientos de probar más.

¿Que cómo habían llegado allí?

Habían salido a tomar un poco de aire, sin avisarles a sus amigos de que saldrían por un rato. Se sentaron en un árbol bastante alejado de todo y solitario. Ambos lanzaron sus mochilas al suelo cansados.

—Me duele mucho mi espalda—se quejó JungKook sobándose—Quizá y tener casilleros nos sirva de ahora en adelante.

—De no ser porque perdimos nuestras llaves y el director se niega a darnos una copia—se miraron por unos segundos para seguido a eso suspirar.

Luego de eso, se fueron a sentar en unas gradas, JiMin hizo que JungKook se pusiese un asiento más abajo para poder darle un masaje en sus hombros y parte de la espalda.

— ¿Crees que deberíamos regresar con los demás?— preguntó el castaño bastante cómodo.

—No lo sé, me da mucha pereza moverme—admitió riendo un poco—Además que se veían felices yendo a comprar el pastel que tienen hoy para vender en la cafetería.

Posteriormente, lo que se escuchaban eran quejidos de satisfacción por parte de JungKook gracias a lo bien que JiMin daba el masaje. Estaban teniendo una semana complicada en ese lugar; no paraban los proyectos y los exámenes mucho menos. Además que a los profesores se les ocurrió mezclar muchas materias en un día completo y la mochila entonces tenía un peso insoportable.

—Y pensar que por ir al gimnasio esto no pesaría tanto—dijo a lo que enseñó su marcado brazo a JiMin.

—No seas idiota, me harás sentir mal con eso, yo no estoy tan marcado—carraspeó para cambiar de tema—Por cierto, ahora tú me debes un masaje.

Iba a cambiar el lugar donde estaba pero JungKook fue más rápido y se recargó entre sus piernas, impidiéndole levantarse a menos que lo molestase.

—No, no—formó un puchero exagerado—Luego, tú sólo sigue.

—Eres muy injusto—devolvió él el puchero pero ahora más "real".

El castaño se encogió de hombros mientras se acomodaba más.

—Oye Kook—dijo bajando la mirada a su rostro, lamentándose al instante, oh, no debió.

JiMin estaba fascinado por la belleza que portaba JungKook al estar dormitando. No podía voltear a otro lado, con un poco de miedo fue moviendo sus dedos por toda la cara de JungKook, fijándose en cada mínimo detalle. Desde sus gigantes dientesitos de conejo al sonreír, hasta la pequeña cicatríz en su mejilla. Su cara estaba roja, no podía creer cuán desvergonzado estaba siendo.

— ¿Qué pasa?— contestó sintiéndose calmado gracias a las caricias—. ¿Por qué tanto toque?

Pero cuando su "pieza de arte" abrió los ojos, pasó a ser peor.

broma indecente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora