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Su versión”
p t e . 1

Camino por la escuela bastante confundido, yendo a pasos lentos, pero igual largos gracias a mi altura.
Una incesante presión presente en mi pecho, algo que duele mucho. ¿Qué era?

Lunes.

Me desperté un poco más tarde de lo usual, pues mi alarma no había sonado. Era lunes y, el fin de semana me la había pasado ocupado, ayudándole a mis padres. E igual hice lo de siempre: prepararme para la escuela. Desayuné un batido lleno de proteína y listo, salí a las 7:35 horas.
Mis días entre semana siempre empezaban así, cuando salía ya listo, esperaba a JiMinie y él también estaba afuera, distraído mirando el cielo o a veces su celular, pero cuando volteaba a mi lado, siempre me regalaba una sonrisa y corría hasta mi sitio, lanzándose como un koala a un tronco para abrazarme.
Sé lo que dirán.., "no pueden existir chicos que se lleven así con sus amigos". Pues aquí estamos, siendo normales entre nosotros e importándonos una mierda lo que pensaran acerca de nuestra amistad; simplemente siendo felices.

Pero éste día había sido diferente.
JiMin no estaba donde siempre. Su puerta estaba cerrada y, no se veía ninguna luz encendida por fuera de su casa. Yo pensaba que simplemente se había quedado dormido o algo así, pues ya había pasado con anterioridad y vaya que muchas veces.
Esperanzado fui a su puerta y me recargué en una de sus macetas, esperándolo. Pasaron cinco minutos; no salió.

Intenté mandarle mensajes, pero éstos no le llegaban.

- ¡JiMin!- grité con el celular en mi mano-. ¿Estás ahí dentro?

Marqué más de cinco veces a su celular, intentando ser paciente; pero nunca contestó.
Toqué su puerta e igual nada pasó.

El lapso que estuve parado ahí, creyendo que él había un problema y por ésto no salía, fue de más de veinte minutos, ésto me había hecho atrasarme a la escuela (pues de camino eran más de veinticinco minutos caminando).
Disculpándome hacia su puerta corrí en dirección a la escuela.

Está bien, admito que tenía mi carro para irme, pero seguía queriendo creer que JiMin estaría sólo un poco adelantado. Sí, soy bastante paciente y a la vez terco.

En el camino hice lo mismo de siempre, contar autos rojos, pues Minnie contaba los blancos (siempre me ganaba).
Y en eso vi uno de la marca "mustang" bastante lindo.

-Ganaste tú, Minnie-dije sin notar que él no estaba a mi lado, suspiré.

Los carros lujosos (ej: ferrari, mustang) de el color que te pertenecían, te hacían ganar definitivamente.

Mordiendo mi labio, llegué al salón y entré avergonzado, ya que habían sido treinta minutos tarde, obtuve una llamada de atención y luego miré los asientos, buscando a JiMin y lo había encontrado.
Sonriendo me dirigí a él, y cuando estuve lo suficientemente cerca, luego de haber rodeado unas personas, no esperé encontrarme a un SungWoon ocupando mi lugar.

-Discúlpame, pero ése es mi lugar-intenté verme tranquilo, pero en realidad estaba aplastando las correas de mi mochila.

-Jeon, al llegar tarde tuve que darle su asiento al compañero SungWoon-llamó la maestra-Será su castigo.

- ¿Un castigo para lo que resta del año?- hablé sarcástico-. Buena esa, maestra.

Ni siquiera me había escuchado, por lo tanto, ignorándome comenzó a dar su clase.
Miré los lugares disponibles y me encontré uno con una chica, ¿sería nueva o algo así? Es que la verdad no reconocía su cara. Estaría una fila (la que estaba pegada a la ventana) a la izquierda alejado de JiMin y unos cuatro pupitres hacia atrás de distancia también.

broma indecente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora