Capítulo 4: El tiempo vuela.

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La noche pasó volando, con la esperanza de un encuentro que sucedería al llegar la tarde. El turno de (Nombre) en el café acababa de empezar. Todo el día había estado molestando a su hermano en conjunto a su madre sobre la visita que tendrían.

- Maldición, ¿pueden dejarme un rato en paz con ese chico? - Solicitó.

- ¿Qué chico? - Preguntó su padre a punto de salir a trabajar.

Él era el único que no había sido informado sobre el nuevo amigo de su hija. Y, para evitar ser quien proporcione las explicaciones, la joven atendió a la pareja de la mesa seis que levantaba la mano.

- ¿En qué puedo servirles? -.

- Podrías traernos una tarta de melocotón, por favor - Consultó el cliente.

- Por supuesto, en un segundo estará aquí -.

Iba y venía con la bandeja cargada de pedidos. Estaba tan ocupada por ser domingo a la tarde y con buen tiempo que casi olvidaba quien iría a verla.

• Barco •

Por su parte, el joven de cabello azul había pasado el día entero intentando terminar la melodía que rondaba en su cabeza el día anterior. Su hermana no le dio mucha importancia a la persona que había conocido, pero poco a poco notaba como Luka se sumía cada vez más en esa canción inconclusa.

- ¿Tú no ibas a salir hoy? - Cuestionó observando como no estaba ni cerca de acabar su cometido.

Rápidamente, el muchacho observó la hora en su celular, ya era tarde. Así que marcó inmediatamente el número de ella.

* Llamada *

- Hola, señor "no cumplo lo que digo" - Saludó algo sarcástica.

- Me disculpo, el tiempo corrió como compás ternario y no fui capaz de... -.

Ella no le permitió terminar su justificación.

- ¿Aún quieres salir? - Consultó.

- Claro, debo recompensar mi falta -.

- Entonces vayamos a ese resto bar que hay en el centro, el que tiene la temática de los Beatles. ¿Te parece bien? -.

Aceptó sin dudarlo, ese lugar le gustaba especialmente por la musica. Tenía buen ambiente y comida, era un buen local.
Al cabo de media hora, ya estaba parado frente al punto de encuentro.

• Casa de (Nombre) •

- ¿Irás sola? - Cuestionó Leo - Estas loca, ¿verdad? -.

Ella se llevó las manos a la cabeza.

- ¿Really nigga? Está a dos calles de aquí - Contestó - Además, estuve yendo a comer ahí toda la semana, porque aún no llega la cocina de la mudanza -.

- Igualmente me preocupa - Dijo cruzándose de brazos como niño pequeño.

Es entonces que Belle intervino.

- Hijo, ¿no te parece que serías mal tercio en su cita? -.

(Nombre) inmediatamente comenzó a juguetear con su cabello nerviosa. Ella no creía que eso contara como "cita", simplemente fue un cambio de planes. Además, ni siquiera se conocían como para salir juntos.
Ya, divagando sobre su decisión, corrió a cambiarse. (Multimedia // Por cierto, si quieren ver mis dibujichos @majoyuma es mi Instagram).
Saludando a su madre con la mano levantada, camino aún muy nerviosa hasta el local. Tan pronto llegó, noto que quien sería su acompañante no había perdido el tiempo. Sentado en el cordón de la calle con su guitarra, parecía estar en otro planeta. Ella no intentó interrumpir y sólo se conformó con observarlo. Por primera vez se permitía prestarle atención a su aspecto físico, lo que llamaba primero era la camiseta blanca con el logo de un cantante. No sabía bien quien era, pero le resultaba conocido. En conjunto a la sudadera abierta, los pantalones rasgados y las muñequeras, le otorgaba un estilo de fan del rock retro y moderno.

"Este chico se volverá mi mejor amigo o algo así" Pensó la chica teniendo en cuenta su afinidad a la gente creativa.

Casi sin avisar, los ojos celestes del guitarrista se abrieron, descubriendo la mirada de su "cita". (Nombre) no sabía como reaccionar, comenzaba a subirle el color a las mejillas.

- Eh, si... bueno... - Tartamudeó - Eh... Hello, it's too late. I know that. But if you want, we can to enter now -.

Tras decirlo, se dio cuenta de que había cambiado el idioma en el que se comunicaba.

- Yes I would like it. But my English isn't fluent -.

Y, nuevamente lo hacía, cubría sus labios con la yema de sus dedos para reírse. La chica de cabello oscuro ya no sabía donde meterse. Toda la seguridad y confianza en sí misma que había tenido el día anterior, se desvaneció, como si jamás hubiera estado ahí. Al darse cuenta, Luka extendió su mano, invitándola a entrar con él.

- Intenta actuar natural. Déjate llevar y escucha el ritmo - Aconsejó - O simplemente sígueme a mí -.

Aún con miedo y el nudo en la garganta más grande del universo, aceptó. Una vez dentro, el ambiente musical y cálido, relajó el cuerpo de ambos. Porque, claro estaba que (Nombre) no era la única asustada. Luka, en su temple de chico relajado, realmente no tenía idea de lo que estaba pasando. Pero creía que dos personas estresadas juntas no cambiarían nada. Eso era nuevo para él, si bien había salido con Marinette un par de veces ya, jamás había sido bueno con esas cosas.

- ¿Pero qué tenemos aquí? ¿Luka y la pequeña (Nombre)? - Saludó el dueño del resto.

(Nombre) tenía los puños apretados por debajo de la mesa. Intentaba pensar en otra cosa que no fuera que estaba en un local sola con ese chico.

- Escuché que tu otra mitad ya llego, niña - Inició.

Ese tema de conversación la sacaba inmediatamente de lo que sea en lo que estuviera pensando.

- Si, ayer. Realmente fue una sorpresa - Respondió contenta - Extrañaba demasiado a ese tonto -.

El señor Paul, dueño del local, río ante su comentario, pues le creaba mucha nostalgia.

- Me recuerdas tanto a mi hermana, dulce (Nombre) - Y volvió a reír - ¿Qué puedo servirles? -.

Luka también estaba bastante impresionado por la forma que ella tenía de hablar sobre su hermano. No se parecía en nada a la relación que tenía él con Jul. Eran mucho más infantiles y camaradas.

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