Capítulo 11: Una noche en casa

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Mientras la vida de todos volvía a la normalidad, cerca de donde era el concierto, la pequeña (Nombre) entregaba aquellos poderes que le habían sido prestados.

- Gracias por no hacerle daño - Dijo ella.

La gran heroína de París la observó con una sonrisa totalmente falsa, la chica detrás de la máscara aún estaba afectada por lo que había pasado.

- Hiciste un gran trabajo - Respondió  - Si me disculpas, debo retirarme ahora -.

La chica de cabello oscuro, salió de su escondite buscando con la mirada a dos personas. El primero de ellos, estaba completamente confundido, sentado en el suelo. Ella se acercó sonriendo, después de todo, ya se encontraba bien. Él, con solo verla, comenzó a temblar. Era demasiado transparente con sus sentimientos.

- (Nombre), Discúlpame. De verdad, yo no debí... - Comenzó - No tengo escusa... realmente me gustas, y entré en pánico -.

Y justo en ese momento, cuando estaba a punto de contestar, es que el guitarrista apareció por detrás de ambos.

- Te busqué por todos lados -.

- Luka... hasta que apareces - Retó ella - Me tenías con el corazón en el puño, si es que no puedes cruzar una calle sin ponerte en peligro - Burló.

El bajista de lentes no era para nada tonto, notaba perfectamente la conexión que existía entre ellos. Y, como siempre ponía a los demás por sobre sus propios deseos, decidió alejarse. Sonriendo, caminó hacia su amiga.

- Me apartaré del camino, hermano - Reveló - Pero hazla feliz o no habrá otra oportunidad -.

(Nombre), claramente incómoda por las palabras de Tim, bajó la cabeza.

- Y tú, pequeña criatura hermosa - Llamó su atención - Si este tonto te hace daño, sabes que estaré esperando con helado y videojuegos -.

Y, sin previo aviso, se acercó a besarle la mejilla, como último acercamiento romántico por el momento. La más pequeña era demasiado cariñosa con sus amigos, por eso Tim se había enamorado. Como demostración del cariño tan real que emanaba de ella, lo abrazó antes de que se alejara. Sin más, se retiró silbando una melodía de cuatro notas.
El concierto continuó de forma natural una vez todo el equipo fue acomodado. Las palabras del chico de lentes quedaron grabadas en las cabezas de los que eran llamados por Leo como "Tórtolos". Claramente, ya nada iba a ser igual a partir de ese momento. Y aún quedaban muchas cosas inconclusas, como la identidad del héroe serpiente. Luka podía pretender que nada sucedía, pero su amiga sospechaba demasiado. Esa forma de reírse, no podía ser coincidencia.

- Dime... Tú eres... -.

En ese mismo instante comenzó a sonar una canción, aquella que le había enseñado al invitarlo. Las palabras volaron de su boca, su cabeza se convertía en un nudo entre ansiedad y paz, siempre le pasaba.
El guitarrista la observó por el filo del ojo, todavía no podía creer que fuese necesario explicarlo, pero se decidió a hablar.

- La musica es más sencilla que las palabras - Inició - Así escribiré un dueto cuando sea tiempo. Y te lo enseñaré cuando esté listo -.

Ella, simplemente, entendió que debía ser paciente, pero no sabía en qué. ¿Le decía que revelaria que era Viperion cuando fuesen un dueto?

- No te voy a mentir, no entendí absolutamente nada de lo dijiste - Admitió.

- Porque una canción es más fiel a lo que quiero decir, más incluso que mis propias palabras -.

Y así la dejó, atónita y perdida en sus pensamientos.

• Casa de (Nombre) •

- ¿Cuando llegaba (Nombre)? - Preguntó su padre.

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