Capítulo 2: Sensaciones

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Ya estaba decidido, esa sería su nueva guitarra. (Nombre) no podía esperar a que su hermano le enseñara los aspectos básicos y, de la emoción, tenía una sonrisa enorme permanente.

- Definitivamente me la llevo, esa bebé es mía - Comentó segura de su compra.

Mientras el chico de cabello teñido fantasía se quitaba la correa, le dijo:

- Buena elección, una guitarra es perfecta para empezar en la música -.

Entonces, ante palabras tan incorrectas hacia ella, se rió con bastantes ganas.

- ¿Empezar? Creo que me pilla un poco tarde - Volvió a reír - Creí que se notaba mi pinta de pianista -.

Y, evidentemente, así era. La postura a la hora de sentarse, el largo y autonomía de los dedos al gesticular con las manos, todo indicaba años de instrucción en Academia de música.
Él rió de vuelta, claramente lo estaba diciendo en broma. Pero continuó, haciendo una reverencia y aguantando la risa.

- Entonces, solicito su colaboración para encontrar el mejor piano eléctrico -.

Ella, inmediatamente lo imitó, haciendo otra reverencia con los pies cruzados.

- A sus servicios, señor -.

Y fue entonces que, en el mismo instante, ambos pensaron que se llevarían muy bien con el otro. Entre risas, la joven ayudó sin tener siquiera noción de la hora.

- Sinceramente, para una banda, el yamaha p-115 es la mejor opción. Por dios, míralo. Es hermoso, liviano y con todo lo que uno necesita para una presentación en vivo - Agregó ella observando con especial cariño el modelo del que hablaba.

Su primer piano había sido ese y le traía preciosos recuerdos, muestras en teatros, ensayos en casa con su hermano, todo era bueno referido a la música.
De pronto, a sus oídos llegó una pequeña y muy extraña risa.

- Si tuviera que describir cómo te sientes ahora, sería algo así -.

Aquel chico que había conocido tan solo una hora atrás, representó perfectamente su estado anímico con su nueva guitarra. La obra se componía de una serie de arpegios decorados en tonalidad mayor, con unos bajos sutiles y delicados, que cumplían la función de tristeza en su vida.

- Señor, se ha ganado mi corazón con tan solo unos arpegios - Admitió  (Nombre) siendo completamente sincera.

En repuesta, su acompañante, del cual no conocía el nombre todavía, rió cubriendo su boca con una mano.

- Permítame conocer como le llaman, así mi madre será consciente de mi futuro marido - Siguió bromeando con la carcajada atorada en la garganta.

- Luka Couffaine - Respondió calmado y con una pequeña sonrisa en los labios - ¿Con quién tengo el placer de hablar? -.

- (Nombre) Rousseau, a sus servicios -.

A pocos metros, desde la caja, se escuchó el grito agudo de un hombre.

- No me jodas que tengo a la hija de Erik Rousseau en mi casa de música. ¿Vienes con tu hermano? Porque moriré si toca algo en mis instrumentos -.

Erik, el padre de (Nombre), era una estrella naciente en el mundo del podcast y la radio. Esta vez era la primera en la que alguien la reconocía por el trabajo de su progenitor. Es por ello que, sin duda, no tenía idea de como reaccionar. Sumándole, además, que el dependiente de la tienda acababa de tocar el tema sensible de (Nombre), su hermano. También Leonardo estaba cada vez más expuesto a las camaras gracias a sus estudios musicales en la academia y las prácticas profesionales en estudios de grabación.
Ella no respondió, sin embargo, el vendedor continuó.

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