Capítulo 9: El concierto

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Los días corrían y la pequeña (Nombre) se sentía cada vez más cómoda en su nueva vida. Por suerte, o caprichos del destino, había estado conociendo a muchísima gente: Nathaniel y sus amigos Marc y Alix; Juleka y el resto de las chicas; y Nathan, el amigo de Luka. Sin embargo, no todo era bueno, no había tenido noticias de Tim desde lo que pasó, y eso la preocupaba. Su relación era muy buena antes, ella lo sentía como su segundo hermano mayor. Le parecía una completa pérdida si ya no se hablaran a pesar de que él estaba por ella, igualmente lo quería como amigo.
Para Luka, las cosas fueron pasando un tanto diferente. Se fue acercando cada vez más a Leo, resultaba ser un tipo interesante y agradable. Y su grupo estaba completo, su mejor amigo en la batería, el alto en la voz, él en la guitarra y Tim era su bajista. Aunque hubiera estado faltando toda la semana a clase, él de todas formas lo apreciaba. Era consciente de sus sentimientos hacia (Nombre), pero no comprendía los suyos propios. ¿Qué se suponía que debía hacer? Estaba entre dos personas maravillosas, con las que creía no tener ninguna oportunidad.
Y es así que la semana terminó, llegando al tan ansiado sábado en el que se verían otra vez.

• Casa de (Nombre) •

- Mamá - Llamó la chica de cabello oscuro - ¿Así estoy bien? -.

Estaba nerviosa y no podía pensar del todo bien, se le notaba demasiado.

- Por supuesto, hija. Ese chico caerá a tus pies con solo verte - Alegó Belle.

Al otro lado de la cocina, Eric, el padre, escuchaba todo. Aún no comprendía mucho sobre ese nuevo chico del que tanto hablaban.

- ¿Va a buscarte, verdad? - Dijo en tono serio - Yo aún no he visto a... ¿Como le dices, Belle? ¿Mi futuro "yerno"? -.

- EL PADRE DE SUS PERRIJOS, PAPÁ - Gritó Leo desde la mesa.

- ¿CÓMO? - Comenzó el padre - No, definitivamente no... -.

(Nombre) comenzaba a ponerse pálida, demasiadas emociones para un solo día.

- O gatos, o nada. Los perros son demasiado sucios - Finalizó.

La pequeña se fue a su habitación fingiendo una risa que resultaba demasiado falsa. Cuando cerró la puerta, se preguntó severamente el por qué no tenía una familia normal y se echó a reír un poco.

• Barco •

La hora del encuentro ya se acercaba, y Luka estaba vestido tocando la guitarra. Tan tranquilo, como siempre, se encargaba de esa canción inconclusa que tenía hace tiempo.

- Chico, ¿tú no tienes que salir? - Dijó Sass.

- Aún falta algo de tiempo, hermano - Contestó al tiempo que veía su celular - MIERDA -.

El tiempo pasaba demasiado rápido y él no tenía una buena noción del mismo. Tomó su sudadera y salió corriendo. Pero, antes de salir, su hermana lo detuvo.

- Mucha suerte, hermano -.

- Viento en popa, marinero - Exclamó Anarka (Le dijo algo así como "buena suerte", tambíen xd)

Volvió a darles un beso en la mejilla a cada una y partió definitivamente. El lugar no estaba demasiado lejos, así que podía ir caminando.

- Sass... - Llamó a su Kwami.

La pequeña criatura salió del bolsillo de su sudadera, haciendo un ruido con la lengua, indicando que estaba prestando atención.

- Últimamente ha estado todo muy tranquilo, ¿no crees? -.

- Es mejor para ti - Contestó - Así puedes estar con tu chica sin problemas -.

- Tal vez solo sea la calma antes de la tormenta -.

Casi llegando, se permitió pensar en su situación. Estaba claro que, a pesar de no demostrarlo, la indecisión le estaba comiendo la cabeza. Y tanto se notaba que casi fue parte de un accidente por caminar sin prestar atención a la calle. El auto frenó dando bocinazos, llevándolo a la realidad. En ese preciso instante, una mano se posó sobre su hombro.

- ¿Estás bien? - Preguntó una voz que conocía.

Del otro lado, unos dedos rozaron su mano.

- ¿Luka? - Esa voz también la conocía, más que la otra.

Se giró hacia ambos lados. La primera era (Nombre), con una expresión de preocupación en el rostro, temblando de los pies a la cabeza. Y la segunda, Marinette, con los ojos de cristal y esa cara de no entender nada.
Las chicas se vieron a los ojos en tal situación. La de coletas retrocedió por instinto, pero la más pequeña se mantuvo en contacto con el peliazul.

- No te hiciste nada, ¿verdad? - Preguntó otra vez sin estar demasiado pendiente de su compañera de clase.

- Si estás herido podemos ir hacia un hospital, o tendrías que ir a emergencias, terapia intensiva o quizá... - Desvarió la panadera.

- Estoy perfectamente - Interrumpió el centro de la atención - Lo prometo -.

Los tres se quedaron así hasta que, a un par de calles, las luces que llegaban hasta el cielo, se comenzaron a ver. Ambos, (Nombre) y Luka se vieron, ya estaba comenzando el concierto. La tercera notó enseguida que estaba de más, así que con una expresión triste saludó y se fue por su lado.
Cuando llegaron, ya estaban cerrando la puerta, por lo que tuvieron que correr. No se habían hablado desde el encuentro con su compañera/amiga. El ambiente era algo tenso, la más pequeña sospechaba que algo pasaba entre ella y su amigo.

- Luka - Llamó ella - ¿Estás con Marinette? - Preguntó sin más.

Si algo había aprendido de Tim, era ser directa.
El chico no tenía intención alguna de mentir, después de todo, él era ese tipo de persona que no tenía nada que perder.

- Me le confesé hace un tiempo - Admitió - Pero sólo somos amigos -.

- Lástima que no te haya correspondido - Consoló de alguna forma - Yo creo que eres genial... y lindo también -.

(Aún no lo termino, pero quería ilustrarlo para ustedes c: Cuando lo termine, lo subiré a mi instagram @majoyuma)

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(Aún no lo termino, pero quería ilustrarlo para ustedes c: Cuando lo termine, lo subiré a mi instagram @majoyuma)

- Eres maravillosa, (Nombre) - Contestó mientras guiñaba un ojo - Quizá deba escribir otra canción... en una tonalidad especial -.

- Un dueto sería bonito - Insinuó.

Algo empezaba a brotar del interior del corazón de (Nombre). ¿Este nuevo amigo, podía convertirse en algo más?.

- PERDÓN... PERDÓNAME... SOY MALO... HE SIDO HORRIBLE... PERDÓNENME... -.

Unos gritos sacaron a ambos del momento romántico en el que habían entrado. El artífice era una polilla gigante que lloraba. Sus lágrimas eran tan grandes que provocaban olas en la mitad de la ciudad. La chica de cabello oscuro estaba aterrada, era la segunda vez que presenciaba el ataque de un akuma, la primera fue el día que llegó a la ciudad.

- (Nombre), hay que salir de aquí rápido - Dijo el peliazul sujetándola de las manos.

- (NOMBRE) - Gritó la polilla.

Ella se volteó, soltándose del agarre de su amigo.

- ¿Tim? -.

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