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La nieve había comenzado a derretirse a medida que la primavera llegaba, el frío era cada vez más soportable y Caitlin Grant se encontraba eternamente agradecida cuando los débiles rayos de sol tocaron su piel, una leve sonrisa se posó en su rostro a la vez que su brazo se colocaba sobre los hombros de la única persona a su lado.
Nina Thompson soltó un pequeño suspiro antes de enfocar su vista en la rubia a su lado, desde que había vuelto de las vacaciones su comportamiento había sido extraño por lo que verla tan relajada en aquel momento fue una total victoria para la castaña.
Pero la rubia no había sido la única en comportarse de manera extraña, Fred Weasley había notado como la mirada de Nina se perdía constantemente en algún punto imaginario, aquello solo sucedía cuando algo la preocupaba, mientras que Hermione Granger había notado lo nerviosa que se comportaba cuando cierto azabache de lentes se encontraba cerca, en los tres años que ella llevaba conociendo a la mayor de los Thompson jamás pensó que aquella actitud pudiera existir.
Ambas amigas se mantuvieron en silencio hasta que Nina sintió su brazo ser jalado y luego su cuerpo estrellado contra una de las paredes contiguas, el susurro de una maldición hizo que la mano de la rubia se posara sobre la boca de Gryffindor.
— ¿Puedo saber qué está pasando? —preguntó luego varios segundos donde ninguna de las dos se movió o emitió sonido alguno.
— Luca se ofreció a ser mi acompañante en la fiesta, estuvimos bien y luego él dijo que sentía algo por mí.
— Eso es bueno, ¿por qué huir? —volvió a preguntar y la mirada en el rostro de su amiga la hicieron rodar los ojos— Dime que no es lo que pienso.
— Su familia lo repudiaría, Nina.
— Vas a dejar que el estatus de sangre te impida ser feliz.
— Es fácil para ti decirlo, eres sangre pura, yo solo soy...
— No te atrevas. —interrumpió— Eres la persona más inteligente, valiente y amable, entre otras cosas que he conocido, eres mucho mejor que cualquier sangre pura, sé que sabrás hacer lo correcto.
Lo correcto, aquellas palabras se quedaron en la cabeza de Nina, luego de que Caitlin la abrazara. La conversación que mantuvo con Sirius Black en la navidad la tenía inquieta, escuchó cada una de las cosas que se decía de él y también vivió en carne propia la molestia que su madre sintió cuando él fue nombrado, existían cosas confusas de las que necesitaba respuestas y Sirius Black no se las dio aun cuando escuchó cada una de las palabras que salieron de su boca.
Harry Potter merecía saber la verdad, pero ella no la conocía, no sabía que creer, tenía miedo de cometer un error, entregar a un culpable o un inocente, pero una voz en su cabeza había hecho más ruido que las otras, la voz de una mujer que le incitaba a creer en el demacrado hombre frente a ella.