Silhouette [1] ➳ Fred Weasley

xv

❝I won't let you fall.❞

El sonido de la puerta abriéndose llamó la atención de Remus Lupin, los libros que tenía en sus manos fueron colocados a un costado de donde se encontraba para prestar atención a la persona que entró, una sonrisa apareció en el rostro del demacrado hombre cuando una cabellera castaña con el sello de Gryffindor en su uniforme se posó frente a él, la imagen de su amiga cruzó fugazmente por su cabeza, todavía podía recordar verla lanzarse hacia James y despeinar aún más su cabello mientras este solo podía quejarse de la Slytherin para luego reír al escuchar el característico insulto que le enviaba al otro azabache del grupo.

Después de todo lo que había ocurrido más de un recuerdo invadió su cabeza, pero en aquel momento solo pudo enfocarse en la risa que soltó Nina al señalar un punto en el salón.

— Mi libro fue enviado a esa esquina toda destrozado por el inútil de Lockhart. —contó— Papá estuvo demasiado molesto, mamá solo oculto sus ganas de reírse, supongo que recordó cuando hizo lo mismo, pero con su libro, ¿verdad profesor?

— Una pésima primera impresión. —respondió Lupin con una sonrisa a medias— ¿Cómo estuvieron tus exámenes?

— Sobreviviré. —respondió mientras una sonrisa crecía en el rostro de la joven bruja. Remus Lupin sabía lo inteligente que es, por lo que el sobrevivir solo lo hizo sonreír al volver a tener un recuerdo— Lo que si estoy segura es que no dejé que Snape me pusiera un Troll.

— ¿Acaso ese era un problema?

— Snape me adora, solo le cuesta admitirlo, pero por otro lado el problema era Herbología.

— Tu madre era buena en Herbología.

— Eso era lo único que pensaba mientras tomaba mi examen. —murmuró— Profesor, ¿por qué me pidió que le escribiera a mí madre?

— Eran amigos.

— ¿Eso es todo? —inquirió, pero él guardó silencio— Bien, no me diga nada, pero lo descubriré.

— No dudó que lo harás, eres muy inteligente.

— Cuente con que recibirá mi carta cuando lo descubra. —Remus sonrió— Sabe, las voces no me dijeron nada acerca de usted, es extraño.

— ¿Extraño?

— A veces ni yo lo entiendo, un momento están y al otro, no hay nada. —susurró, alzó la mirada y sonrió a medias al sentir en su bolsillo dos pequeñas galletas— Sé que no debería preguntar, pero ¿Cree que Sirius estará bien?

— Lo estará, está en un lugar seguro.

— ¿Y usted?

— También lo estaré.