Silhouette [1] ➳ Fred Weasley

ii. iii

❝We'll see each other soon.❞

— Muchas videntes fueron torturadas para que veamos el futuro, quedan muy pocas registradas en el ministerio.

— ¿Usted lo está?

— No, me oculto ante los ojos del ministerio, es más seguro.

— Si todo lo que estoy viendo es verdad significa que tendremos que ocultarnos.

Asintió. — O de lo contrario será una masacre.

Un suspiro salió de entre sus labios antes de que los ojos cafés de la joven bruja británica observaran a través de la ventana, las gotas de lluvia caían con fuerza sobre el enorme jardín de la mansión, el día que comenzó con un brillante y caluroso sol se transformó en una repentina tormenta, provocando las quejas por parte de Gregory y Francis Bonnaire, quienes planearon salir en una búsqueda de criaturas mágicas.

Por supuesto que ambos hombres hicieron la invitación abierta hacia su invitada, alegando que podría ver varías criaturas fascinantes, pero ella negó la oferta al tener una de sus clases con Joshepine. Las dos mujeres rieron cuando las gotas comenzaron a caer mojando todo a su paso, incluyendo a los excursionistas que iban de salida.

— No es justo para quienes no puedan protegerse, sobre todo las que no pueden hacer magia.

— Comenzó a correrse la voz entre nosotras, si algo pasa intentaremos proteger a la mayoría. —explicó— Videntes, quienes se fueron en contra de él y quien tenga que ocultarse, en tiempo de guerra es cuando debemos estar más unidos, ahora ve a descansar, has tenido una larga mañana.

Nina asintió con su cabeza antes de salir del estudio, sus pasos la llevaron al salón de la mansión donde pudo ver la cabellera castaña de Francis, seguía encontrando divertido el recordar el puchero que se formó en los labios de él cuando entró a la casa luego de que comenzara a llover, desvió la mirada de la ventana del mencionado y caminó hacia uno de los sillones.

— Amo la lluvia.

— Eres un verdadero dolor de cabeza, Nina Thompson. —la mencionada río— Cuéntame sobre tus entrenadores de Quidditch.

— ¿Acaso no puedes superarlo?

— Simplemente no puedo dejar de pensar en que una debilucha pudo haberme vencido.

— Mis amigos, fue en el verano de primer año cuando decidieron que la mejor manera de pasar el rato era hacer una injusta partida entre ellos y su hermano, Bill sobornó a uno de ellos dejando al otro solo.

— Y tú eras la única cerca, ¿verdad? —Nina asintió— ¿Cómo terminó?

— Perdimos, por eso fue que ambos decidieron que pasarían enseñándome en lo que durara mi estadía.