Yūzai | Yutae

Do

Minseok tocaba por enésima vez la puerta de la habitación de Taeyong.

-¿Puedes salir? —El mayor se apoyó de espaldas a la puerta, mirando arriba con la boca inconscientemente abierta, cerrando sus ojos por un momento corto.— Ay madre... —musitaba para él mismo.— si vieras en lo que se ha convertido tu hijo por culpa de un estúpido. Ya no quiere comer, no quiere salir de su habitación, no quiere nada. Me pregunto qué harías tú en mi lugar. —volvió a cerrar los ojos hasta que una idea vino a su mente y sin pensarlo dos veces se puso frente la puerta otra vez y afirmó la frente contra ésta.— ¿Vamos al parque?

Pov Taeyong

-¿Vamos al parque? —Salí del escondite en el que estaba llorando desconsoladamente.

Estoy partido a la mitad, Yuta se fue, y se volvió a llevar esa parte que decía y pensaba que estaba llena. Me dije a mí mismo tantas veces que lo superara y siguiera adelante pero me veo incapaz, incluso siento que es más difícil de superarlo que la muerte de mis padres.

Quizá... Quizá salir me haga bien.

Me levanté y sacudí mis prendas. Agarré el bastón que mi padre años atrás me había regalado y busqué con la punta de éste la puerta.

Al encontrarme con aquella tabla de madera agarré la perilla con mis manos y la giré para que Minseok se encontrara conmigo.

-Mamá no me perdonaría por dejarte estar así. —con sus manos acarició suavemente mis mejillas.— Jongdae va a estar con nosotros y... Quiero que lo conozcas.

-Sí.

-Escucha, vas a superar esto, um... Todos superamos los malos momentos. Tú pudiste superar varios malos momentos... Estoy seguro de que lo que está pasando ahora no es una excepción. —Seguramente estará haciendo una de esas sonrisas que conozco y mi mente recuerda vagamente.— Sabes, en menos de un año empiezo el servicio militar... Y Jongdae va a estar cuidándote por mí.

-No deberías de ir al servicio militar sabiendo lo vital que eres para mí, Hyung. —Hice lo posible por sonreír, seguramente me veo demacrado de tanto llorar y de no comer los últimos días.

-Lo sé, niño, pero es un final inevitable. Tengo que ir, no es algo que pueda evitar con facilidad. 

-Me iré a bañar.

-Luego de bañarte espero que comas el almuerzo.

-Está bien, Minseok Hyung. —volví a sonreír, con más ganas.

Pov Yuta.

-¡Cuéntame cómo estuvo tu primera noche con ese bombón! —Doyoung otra vez me movía de un lado a otro. Yo no estoy de humor para esto, pero sin querer en mi cara se transforma una sonrisa por la insistencia de Doyoung. Parecía un niño, no lo puedo culpar. De algún modo me hace acordar a Taeyong.

Y duele acordarse de él, pero es tranquilizante y nostálgico.

Cuando dejo de sentir la pesadez de la mano de Doyoung en mi hombro es cuando me doy cuenta de que estuve en un problema conmigo mismo por mucho tiempo.

-Parece como si tu alma abandonara tu cuerpo por unos momentos. —Lo miré incrédulo, arqueando una ceja.

-¿Tan mal me veo?