Yūzai | Yutae

Because they still love each other and that's enough

1ra semana.

-¡Okāsan! —Yuta se despertó sobresaltado. Miró a su alrededor sentándose, en serio el sillón no era para nada cómodo, pero algo es algo.

-¿Estás bien? —Yuta volteó rápidamente su cuerpo, con miedo. Taeyong estaba parado atrás del respaldo del sillón.

-¿Qué... Haces ahí? —Preguntó Yuta, intentando calmar su hiperventilación.

-Estaba escuchando ruidos raros, eras tú hablando en japonés. Pude entender algunas cosas que decías... Las que tú me enseñaste hace mucho, de hecho. —Taeyong se coloreó de un rosa bello, aunque por la oscuridad no se notaba.— ¿Estás bien?

-Sólo es un mal sueño. —Meneó su cabeza de un lado a otro.

-Yukkuri, desde que llegaste aquí tienes malos sueños. Dame tu mano. —Ordenó risueño. Yuta agarró de la mano a Taeyong.— Vamos a mi habitación.

-Taeyong, tu hermano me dijo que tenía prohibido dormir contigo. —Taeyong lo arrastraba a su cuarto.

-Y yo tengo 22 años. —Musitó abriendo la puerta de su cuarto.— Además no me dejas dormir y tú tampoco estás durmiendo bien.

-Pero tienes el sueño pesado.

-No estoy tranquilo sabiendo que tú no puedes dormir. —Los pelos de todo el cuerpo de Yuta se pararon de golpe, eso le había enternecido. Taeyong se acostó en su cómoda cama.— Vamos, ven. —palmeó un lado libre en el colchón.

-Ya voy. —Ni siquiera estaba pensando cuando Yuta se sentó a horcajadas de Taeyong, abrazando su cuerpo.— Hazme mimitos en el pelo. —Pronunció como infante.

-Primero quiero que me des un beso.

-Mñn... —Elevó su cabeza y con sus manos sostuvo la cara de Taeyong para darle un beso lento y tierno, que desembocó una mano de Taeyong en la cabellera naranja de Yuta.

-Ti...e...nes el... Pe...lo... Muy... La...r...go... —Taeyong habló en el beso.

Al terminar el beso, Yuta depositó un último pico en los labios del coreano.

-Aishiteru. —Murmuró el japonés antes de abrazar a Taeyong y dormir encima de él.

2da semana.

-Yuta... —El japonés lloraba mientras dormía, se removía sin cesar y el coreano no podía dormir. Taeyong no dudó el darle un golpe contundente de mano abierta en el trasero a Yuta, y no es que haya querido, sino que al no ver, simplemente golpeó donde le alcazaban las manos.

-¡Taeyong! —salieron de los labios de Yuta al fin despierto, sus orbes estaban abiertos de par en par y el blanco de este casi ni se le notaba de lo rojo que estaba.

-¿Soñabas conmigo o te enojaste porque te pegué?

-Estaba soñando contigo. —Yuta refregó sus ojos llenos de lágrimas a medio caer y abrazó a Taeyong, acostándose arriba de él.

-Parece que duermes mejor conmigo abajo. —Comentó en tono vacilón, aunque saber eso le producían mil mariposas en el estómago.

-Me gusta. —Replicó sin darle mucha importancia. Su oído estaba justo en el pecho del coreano, y se podían escuchar los latidos tranquilos de él.

-A mí también, pero me da calambre. —Jadeó sintiendo a Yuta reacomodarse encima de él.

-Podría ser al revés, o sea, que tú estés arriba mío. —El japonés no pudo evitar soltar una pequeña risilla inocente por un pensamiento que tuvo para nada inocente.