CAPÍTULO 1

1.2K 114 40
                                    


(Zoe)

- ¿Crees que éste me queda mejor? – Pregunta Sabrina sin apartar la mirada de su reflejo en el espejo.

- Te queda igual de perfecto que los diez anteriores que te has probado... - Respondo suspirando desde su cama donde me encuentro tumbada boca abajo mientras ojeo una revista de moda que he encontrado en su habitación.

- No sé... No me convence. Creo que voy a ponerme el negro de tirantas finas, es el mejor ¿No crees?– Suelta algo dudosa mirándome.

- Sí, ese te queda genial.

Mi mejor amiga lleva dos horas eligiendo su modelito para esta noche. Siempre es algo dudosa respecto a la ropa pero cuando se trata de la primera fiesta en vacaciones de Navidad, es tres veces peor. Para mí también solía ser importante decidir qué me pondría una noche como esta, pero lo cierto es que no estoy de humor para asistir a un sitio donde va a haber muchísima gente.

- Este vestido de color gris perla creo que te quedaría de muerte... - me dice con una amplia sonrisa a la vez que me muestra la prenda.

- Sabrina ya te dije que no me apetece salir de fiesta.

- Vamos Zoe... No puedes seguir así... - se desliza por la moqueta hasta sentarse en su cama y tumbarse junto a mí.

- No sigo de ningún modo – respondo dándome la vuelta clavando mi mirada en el techo del dormitorio.

- De verdad que se me parte el alma verte tanto tiempo así.

- ¿Así, cómo?

- Así de apagada, Zoe...

- No estoy apagada, simplemente no me apetece estar de fiesta, eso es todo.

- Por favor, acompáñame a esta fiesta – suplica poniendo morritos.

- Lo siento, pero no pienso ir, además tengo cosas que hacer.

- ¿Cosas que hacer? ¿Qué adolescente tiene algo que hacer el primer día de vacaciones? – Pregunta demostrándome que no se ha tragado mi excusa – Hazlo por mí...Además ya te dije que Kylian no va a estar, Matt me contó que se ha ido de viaje a ver a sus padres.

Simplemente permanezco callada mientras sigo observando el techo de color blanco. Cada vez que escucho su nombre algo se remueve en mi estómago. Han pasado meses desde que salí corriendo de su casa y aunque mienta sobre ello cuando alguien me pregunta, no puedo engañarme a mí misma, todavía no lo he superado. En las primeras semanas intentó mil veces hablar conmigo pero no quise escucharle en ningún momento, después simplemente, desapareció. Anuló su matrícula en la clase de literatura, la única asignatura en la que coincidíamos. Eso fue algo que agradecí porque si no tendría que haberlo hecho yo y no quería perder todo lo que llevaba hecho en el curso. Recuerdo nuestro último encuentro en uno de los pasillos del instituto donde le dejé bien claro que no quería volver a verle jamás y sin volver a intentarlo desapareció hasta el día de hoy. De eso hace ya más de dos meses. Lo que descubrí fue demasiado para mí mente. Desde que sucedió aquello siento como un vacío dentro de mí, muy difícil de arreglar.

Por un momento dudo en hacer caso a mi amiga y acompañarla a esa gran fiesta. Lo medito pensando que hace demasiado tiempo que no salgo de casa, si no es para correr o ir a clase. Pero las ganas de divertirme flaquean cuando recuerdo que mi amiga no irá sola conmigo.

INDECISIONES [Confesiones#2] (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora