CAPÍTULO 22

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(Kylian)

Lo mato, yo lo mato... Mis ojos solo ven a ese desgraciado delante de mí, sonriendo como un capullo por lo que acaba de decir delante de todos. A la mierda la vajilla de porcelana. En cuanto la deslizo hacia el suelo con mis propias manos creo sentirme algo mejor pero la ira sigue haciéndome soltar chispas.

- Kylian, vámonos – escucho la voz de Zoe y en menos de un segundo está tirándome del brazo para salir por la puerta de casa.

Solo pienso en esas jodidas palabras que me han provocado toda la furia que mi cuerpo siente en este momento pero escucho de fondo como Zoe se despide de mi familia mientras nos estamos yendo.

Ambos nos dirigimos hacia el Audi pero cuando toco en mis bolsillos no encuentro la llave y justo antes de comenzar a maldecir desesperado ella llama mi atención y me lanza las llaves con una de sus manos.

En cuanto nos montamos en el coche solo nos da tiempo a abrocharnos el cinturón y seguidamente las ruedas rechinan contra el asfalto de la carretera haciéndonos salir disparados por aquella calle.

Cuando tengo oportunidad entro en la autovía y comienzo a correr lo máximo que puedo. Estoy cabreado, muy cabreado.

- ¡Acelera! – grita Zoe sacándome de mis pensamientos, consiguiendo que la mire - ¡Vamos! Acelera más, Kylian – vuelve a chillar alzando sus manos con los ojos muy abiertos.

Miro el contador de la velocidad y casi voy a doscientos por hora. En este momento apenas hay alguien por la carretera y me he aprovechado de ello. Pienso en que realmente es peligroso lo que estoy haciendo y más aún llevándola a ella a mi lado.

Joder, soy un capullo.

Comienzo a bajar la velocidad y dejo de apretar mis manos contra el volante consiguiendo que mis nudillos dejen de estar blancos.

- ¿Qué coño haces? Te he dicho que aceleres no que bajes la velocidad – insiste.

- Es peligroso... - contesto.

- ¿ah sí? ¿Es peligroso? ¡Pues recuérdalo la próxima vez que lo hagas! – su voz suena más alta que nunca.

- Lo siento...- resoplo.

Estamos en la autovía y lo único que tenemos a nuestro alrededor es un enorme bosque. En cuanto puedo disminuyo más aun la velocidad y me meto por un sendero que hay hecho entre medio de los árboles y apago el motor.

- Kylian, no puedes hacer siempre esto. Sabes mejor que nadie que a mí también me encanta poner los coches a su límite pero no cuando estés tan cabreado. Cuando estás así no entras en razón, no escuchas, y me atrevería a decir que ni siquiera estás viendo lo que tienes delante. Cualquier día puedes tener un accidente grave o peor aún... - sus propias palabras le hacen callar y mirar hacia otro lado.

- ¿Tienes miedo de que me ocurra algo? – pregunto pensando que simplemente tenía miedo al ir de copiloto. No esperaba esas palabras.

- Tengo que tener a alguien a quien llamar imbécil... - parece que nunca admitirá que aún me quiere.

- Es la única forma que me calma cuando estoy tan cabreado – le explico.

Ahora ya no estoy tan cabreado, estoy algo nervioso. No sé cómo acabaremos hoy pero su simple presencia sabiendo que está dándome otra oportunidad me hace tener un ligero cosquilleo dentro de mí. Avanzo con mi mano hasta llegar a la guantera y saco un paquete de tabaco con un mechero dentro del mismo.

- ¿Quieres? – pregunto ofreciéndole un cigarrillo y Zoe me mira levantando una de sus cejas.

- No vamos a fumar en tu coche. Se acabó. Se acabó correr con el coche cuando estés furioso, o fumar y beber cuando quieras olvidar algo que ha sucedido.

INDECISIONES [Confesiones#2] (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora