INDECISIONES [Confesiones#2] (Completa)

CAPÍTULO 48

(Kylian)

-¿Tienes fuego? – le pregunto a Matt quien me mira de forma curiosa.

-¿No dijiste que lo habías dejado? – se saca el mechero de sus vaqueros con dificultad mientras conduce.

-Solo es un cigarro.

Echo todo el humo por la boca y creo una nube dentro del coche. Mientras abro la ventanilla recuerdo cuando dije que lo dejaría pero llevo unos días algo nervioso y cuando no estoy con Zoe, me calma fumar.

Ya han pasado unas semanas desde que vi a mi verdadero padre en aquella cafetería. Hacia tanto que no le veía...Pero le reconocí al instante. Suerte que no cruzamos ninguna mirada, es algo que no podría soportar.

La música del móvil de Matt me distrae. Lo tiene apoyado en el salpicadero y puedo apreciar la foto de la pelirroja con la llamada entrante.

-¡Hola, mi diabla! – suelta mi amigo por el manos libres.

¿diabla? ¿En serio, Matt?

Me río.

-¿Os queda mucho? – Pregunta ella.

-Aún tenemos que parar a comprar las cervezas pero no tardaremos mucho – le informa.

-Genial, nos vemos ahora, y dile al capullo de Kylian que deje de reírse o haré que Zoe acabe rodeada de tíos buenorros.

-¡Ehh! – escucho a mi chica por detrás.

-Más te vale estarte quietecita, "diabla" – respondo riéndome más aún.

-Tú lo has querido... - me pica antes de colgar.

Hemos quedado con nuestras chicas y unos amigos para ir a esa fiesta en la playa a la que Zoe tenía tantas ganas de ir. Desde que hemos decidido enviar solicitudes a universidades distintas y alejadas, dice que quiere pasar todo el tiempo posible con todos nosotros.

-Oye...Me alegro de que Sabrina y tú ya estéis bien, hermano.

-Sí, nos llevó varios días pero decidí confiar en ella y en todo lo que me dijo. Me contó toda la verdad, fuera bueno o malo y lo arrepentida que estaba. No puedo perderla por algo que sucedió antes de que lo nuestro fuera formal.

Mi amigo sonríe como un puto idiota enamorado y yo sonrío con él.

-¿Qué coño nos hicieron esas dos, tío? – cuestiono dándole otra calada a mi cigarro.

-Nos han hecho felices.

Asiento con la cabeza lentamente con media sonrisa.

-Si cuentas a alguien esta conversación moña que acabamos de tener, tendré que matarte. Lo sabes ¿no? – bromeo.

Matt ni siquiera contesta, solo ríe.

Estacionamos en una zona donde están las tiendas para comprar las bebidas. Matt se desabrocha el cinturón y quita la llave del contacto.