INDECISIONES [Confesiones#2] (Completa)

CAPÍTULO 4

(Kylian)

Salgo deprisa de esa casa sin cruzar la mirada con nadie, pero cuando estoy pasando por el jardín para llegar hasta mi coche escucho una voz.

- ¡Eh! – dice Mike para llamar mi atención – No vuelvas por aquí – me advierte.

Pienso en acercarme y golpearle la cara a ese capullo por intentar interponerse entre Zoe y yo pero me recuerdo una y otra vez que ello solo empeoraría las cosas con ella y con ese pensamiento me meto dentro de mi Audi para escapar de allí.

Todo esto es muy contradictorio. Por un lado, estar cerca de ella me hace sentir vivo otra vez, pero en un mismo momento me mata por dentro ver que todo el dolor que tiene se lo he causado yo.

Lo cierto es que no sé qué coño hacer, aunque como le he dicho antes de irme, no pienso rendirme, eso lo tengo claro. No voy a parar hasta que acepte escuchar mi versión de todo lo que ella dio por hecho.

Cuando estoy llegando a casa me decido por hacerle una visita a mi abuela, llevo meses sin pisar su casa, solo nos vemos cuando ella me visita y debido a que no la trato muy bien cuando aparece por casa, apenas sé de ella.

- ¿Gabriela? – grito cuando abro la enorme puerta principal.

- ¿Kylian? ¿Eres tú? – escucho una voz que proviene del salón.

Me deslizo rápidamente por el pasillo hasta llegar a esa sala gigante decorada con muebles clásicos donde la encuentro sentada en su sofá.

- No te esperaba... - dice levantándose poco a poco.

- Lo siento, debería haber llamado – suelto mirando al suelo.

- No digas tonterías, tú no tienes que avisar para venir aquí.

- ¿Cómo estás? – le pregunto algo confuso al ver lo que ha tardado para levantarse del sofá.

- Estoy bien, solo me duele un poco la espalda, hijo. Vamos, siéntate – me pide señalando el otro sofá con su cabeza.

De repente aparece Merlí moviendo su rabo de manera inquieta al verme y comienzo a acariciarle las orejas.

- ¿Has vuelto con ella o es que ya has superado la ruptura? – reconozco que mi abuela a veces es demasiado dura con sus palabras.

Su pregunta me pilla desprevenido y me cuesta hasta tragar saliva.

- Estoy en ello.

- ¿En volver con ella o en superarlo? – pregunta siendo más dura aun.

- Pronto volveremos a estar juntos – respondo sin dejar de mirar a Merlí.

- Hijo, ¿Tanto daño le has hecho a esa chica para que estéis así durante meses?

Ahora sí, esas palabras se me han clavado en el corazón como si de un millón de astillas se tratasen. Pensar en ello me duele demasiado. No soporto que la persona que haya provocado tanta tristeza en Zoe sea yo.

- Intento arreglarlo, pero lo cierto es que no tengo la menor idea de cómo hacerlo, no quiere escucharme – le confieso.

- Tienes que volver a conseguir que confíe en ti.

- Sigo sin saber cómo hacerlo – admito.

- Eso es algo que tienes que averiguar tú. Si no encuentras una situación adecuada para hablar con ella, tendrás que crearla tú mismo – sus palabras me hacen pensar - No puede pasar más tiempo, os estáis destruyendo el uno al otro muy poco a poco, porque no podéis estar juntos, pero tampoco separados.

Sus palabras a veces son muy duras, pero siempre son sabias. Medito unos minutos sobre lo que me ha dicho mientras entrelazo mis manos por mi pelo hasta que después de un buen rato cambiamos de tema y me pide que veamos una de sus películas favoritas a lo que yo no puedo negarme, después de haberme aguantado durante meses con un comportamiento insoportable.

- Por cierto Kylian, tus padres están muy preocupados por ti, llevas demasiado tiempo sin hablar con ellos. Deberías llamarles pronto.

- Sí, claro. Tienes razón, esta noche les llamaré.

Sin darme cuenta se me ha hecho bastante tarde. Cuando llego a casa ya casi son las dos de la madrugada. Me he quedado dormido en el sofá mientras intentaba ver aquella película que tanto le gusta a Gabriela. Parece que he descansado más que durante semanas en mi propia cama.

Después de darme una ducha y colocarme el pijama pienso en Zoe, una vez más, como cada noche antes de dormirme. Recuerdo cada palabra que hemos hablado horas antes, al igual que tengo grabado en mi memoria sus expresiones y sus gestos, es muy expresiva y aunque a veces intente ocultarlo, le resulta inevitable.

Saber que está celosa de Bianca me hace sonreír, porque ello quiere decir que sigue enamorada, aún me quiere, lo sé. De todas formas, por mucho que esté disgustada conmigo, uno no se desenamora tan pronto. Además eso es algo que no pienso permitírselo.

Por un momento se me ocurre una idea, y es darle celos para así acercarme a ella. Lo que ocurre es que Zoe es excesivamente impredecible y no me fío de su reacción, puede que incluso lo empeore todo aun más.

Joder, esto está siendo realmente difícil. Pero sé que lo conseguiré. Zoe y yo volveremos a estar juntos y ella será más que feliz a mi lado, me encargaré de que ello sea así. Ya se lo dije una vez, y pienso cumplir mi promesa.

Sigo pensando en mi chica hasta que los párpados comienzan a pesarme demasiado.

Me encuentro en una especie de playa, el atardecer se refleja en el mar y Zoe se encuentra delante de mí. Ambos estamos en la orilla pero a un par de metros de distancia. Ella juega con el agua y su risa me hace sentir bien. La observo, me gusta como el viento mueve su pelo hacia un lado, como sus piernas se mueven para que el agua no le llegue a tocar...

De repente ve a alguien detrás de mí y se asusta. Comienza a gritar y a pedir ayuda desesperada. Después se dirije hacia mí:

- Va a hacerme daño, mucho daño... - susurra asustada.

Intento abrazarla pero mi cuerpo no se inmuta. Consigo girar mi cabeza para ver de quien tiene miedo y entonces me veo a mí mismo.

- ¡No! – grito incorporándome de la cama.

Las sábanas están mojadas por el sudor. Mi respiración está demasiado agitada y mi corazón late a mil por hora.

Joder Kylian, te estás volviendo loco.

*****

Aquí os dejo el capítulo de Kylian. Es muy cortito pero en él podéis conocer sus pensamientos. Un abrazo muuuuy grande!