INDECISIONES [Confesiones#2] (Completa)

CAPÍTULO 37

(Zoe)

- No me gusta esperar – resopla James cuando entro en el vehículo.

- No tienes por qué recogerme todos los días para llevarme a clase.

- ¿acaso no puedo llevar a mi chica al instituto? – cuestiona algo alterado.

Se gira hacia mí mientras yo coloco mi mochila entre mis piernas y noto como se acerca a mí aunque no sé qué intención tiene.

- Vamos... ven aquí, princesa – sugiere girándome la cara hacia él con una de sus manos con olor a tabaco – ya es hora de que me des un beso cada vez que te montes en mi coche.

- ¡No! No puedo... Bueno es que no creo que quieras...besarme – le indico – esta mañana me he dado cuenta de que me está saliendo un herpes – miento acercándome a él - ¡mira! ¿lo ves? ¡Está aquí! – suelto señalándome el labio mientras él se aleja.

- Bueno, ya habrá tiempo para besarnos – dice antes de abrocharse el cinturón y salir en dirección al instituto.

*****

Los anillos de Sabrina se clavan una vez más por toda mi cara cuando me tapa los ojos para que adivine que es ella.

- ¿eres esa chica pelirroja y pesada de clase? – pregunto riéndome de ella.

- ¡Bingo! Aunque ya no soy tan pesada, apenas hablo con mi amiga ¿Sabes? Todo el mundo ha visto a mi amiga conducir en una carrera ilegal antes que yo – suelta algo molesta.

- No estaba planeado, Sabrina.

- ¿Qué estás haciendo ahora con ese chico del que todo el mundo habla? Ese que te trae al insti, y con el coche de Kylian...joder Zoe, de verdad que se te está yendo la cabeza...

- Solo es un juego, está todo controlado, tranquila – odio mentirle de esa forma – bueno hay algo que creo que no sabes.

- Desembucha.

- Me obligan a entrar en el equipo de las animadoras.

- Estas de puta coña. No me lo creo.

- Créetelo. Y la capitana es... - imito el sonido de un redoble de tambores - ¡Lisa! – levanto las manos con alegría y mi amiga se parte el culo de risa.

- ¡Dios! No puedo perderme eso, por favor.

- Te odio... - le suelto abrazándola.

Necesito el cariño de mi amiga o acabaré derrumbándome por las esquinas con todo el peso que llevo encima.

- Llora en mi hombro, pequeña. Te compadezco.