08; Matemáticas.

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La clase era jodidamente aburrida, pues las matemáticas no se le daban a Morgan, las odiaba.

Ander notó como su compañera y amante estaba sufriendo con los ejercicios que debían realizar, así que se acercó a ella para ayudarla.

—Ésto es así, bonita.— Dijo tomando la mano de la chica y guiandola con el lápiz sobre la hoja, apuntando las respuestas.

Morgan sonrió, disfrutaba tener a Ander cerca, su perfume, su suave tacto, todo de él le gustaba.

—Gracias, bebé.— Le miró y le besó ese lindo lunar en su mejilla.

—Pero aún no hemos terminado.— Dijo el muchacho en el oído de ella.

—¿No?— Preguntó nerviosa y confundida.

Ander negó y posó su mano sobre la pierna de ella, subió por su muslo y se adentró en su falda, haciéndole separar sus piernas.

—Ander...— Morgan posó su mano sobre la de él para detenerlo.

Pero a él no le importó, además pensaba que todos estaban muy concentrados en lo suyo como para mirarlos.

Ander con sus dedos corrió hacia un lado la ropa interior de ella y acarició su entrada con delicadeza.

La piel de Morgan se erizó.

—¿Cuánto es 1x1, preciosa?— Le dijo al oído.

—Uno...—

Entonces Ander introdujo un dedo dentro de ella.

—Ander...—

—¿1+1?—

—Dos...—

Ander introdujo dos dedos en ella y se acercó a su nuca para oler su cabello.

—2+1?— Le preguntó con su voz profunda que a ella tanto le gustaba.

—Tres...— Respondió sonriendo.

Y Ander terminó con tres dedos dentro de Morgan, los cuales movió con mucha delicadeza, haciendo suaves circulos en su interior.

Morgan se mordió el labio y cerró sus piernas apretando la mano de él entre sus muslos, haciendo que él hundiera por completo sus dedos.

Ella lo miró con súplica, se cubrió su boca y trató de no perder el control.

Él sonrió con picardía y movió su dedo medio en el interior de ella, tocando con suavidad una de sus paredes.

Sentía como la feminidad de ella se apretaba alrededor de sus dedos y se humedecía con necesidad.

Entonces retiró sus dedos, haciéndola sufrir.

Llevó sus tres dedos a su boca y los lamió, saboreando a la chica que lo ponía duro.

—Puta madre, Ander. Me haces sufrir.— Dijo Morgan mordiéndose su labio y agarró la entrepierna del muchacho la cual se podía marcar en su uniforme.

Él se agitó y la miró sonriendo.

💀

Morgan estaba dispuesta a contarle a su hermana lo que sucedía con Ander, así que solo tuvo que esperar a que su madre las dejara solas.

—Ésto está de puta madre. Tienes mis respetos ah. Porque a mí me cuesta ser más intensa con Samu.— Dijo Rebeka.

—Samuel es lindo, y tú eres linda, solo encuentra la forma de que te corresponda.— Comentó Morgan.

—¿Que tal si hacemos una fiesta con motivo de Halloween?—

—No tengo disfraz de Halloween ahora mismo.—

—Nena, nos vamos de compras, porque mañana ay reventón y Samu me tiene que hacer caso.—

Morgan rió y asintió, debía complacer a su hermana, así como ella se preocupa por verla feliz.

💀

Ander se encontraba sentado frente a la pantalla de su computadora, viendo el perfil de Morgan.

Él no supo en qué momento se había enganchado con ella, jamás pensó que le pasaría con una chica, pero no podía sacarla de su cabeza.

Su móvil vibró, era Omar llamándolo, pero Ander decidió simplemente no responder.

—Puta madre, Morgan. ¿Que me has hecho?— Dijo para sí mismo.

Pero su madre pasaba por la puerta y escuchó.

—Nunca creí verte así por una chica.— Dijo la mujer con diversión.

—Debes estar feliz ¿No?— Preguntó con ironía.

—Lo único que me hace feliz es que sepas lo que quieres, que te hagan feliz, que disfrutes tu adolescencia, no me importa si te gustan los niños o las niñas.— Dijo la mujer acercándose su hijo y besando su frente.

Ander guardó silencio mientras abrazaba a su madre.

Él no sabía qué hacer.

Quería a su novio, pero Morgan era tan caliente y lo ponía tanto que le era difícil no pensarla todo el puto día y tener una erección cada rato.

Le gustaba esa sirena.

Lo que sentía por esa chica se hacía más intenso, pero aún no estaba seguro de verse con ella en una relación seria.

Seguía amando a Omar, o eso era lo que él creía.

—Mi cariño, sabes que yo aprecio a Omar, pero quiero verte feliz.— Dijo la mujer y besó la mejilla de su hijo para después abandonar su habitación.

—Solo es calentura.— Susurró para sí mismo.

Y sí, quizá solo la deseaba de una forma incontrolable, no era con ella como con su novio.

💀

Sɪʀᴇɴᴀ; AɴᴅᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora