El cuerpo de Morgan dolía, pues un gay la cogió fuerte.
A ella le gustaba tanto él, que su parte íntima se humedecía cuando lo recordaba, no supo en qué momento se convirtió en la amante de un chico gay, pero no estaba preocupada por esa situación, toda su vida había querido ser más relajada y ese era el momento.
Pero aún no le contaría a su hermana.
Morgan se encontraba sentada en la sala de su casa, frente al tv, entonces su móvil vibró con una notificación, era un audio de Ander.
—Hey, preciosa. Quería decirte que no he dejado de pensar en lo rico que fue follarte. Joder. No sé qué me has hecho. Siempre digo que nadie se aprovecha de mi, pero tú puedes joderme. Jodeme.— Decía aquel audio con la sensual voz de Ander.
—¿Por qué me dices eso de la nada? Yo tampoco puedo dejar de pensar en ti. Aunque me duele el cuerpo por tu culpa, hijo de puta.— Respondió Morgan también por audio.
—Bonita, hablamos después que ha llegado Omar.—
—Okay.—
Morgan sintió celos, nunca fue buena compartiendo.
Y comenzó a desear que los besos de Ander y sus caricias fueran solo para ella, pero eso era imposible, él tenía a Omar.
💀
Ander estaba teniendo sexo con Omar, pero su cerebro lo confundía recordándole imágenes de Morgan.
—¿Estás bien?— Preguntó Omar cuando terminaron.
—Sí.— Dijo Ander buscando un cigarro y encendiendolo.
—¿Estás seguro?—
—Que sí, hombre. ¿Por qué?—
—Te sentí extraño hoy...—
Ander rodó los ojos, para él Omar era muy exagerado a veces, pero por otro lado también estaba estresado por la culpa que cargaba guardando el secreto de Polo.
Omar besó la mejilla de su novio y se fue dejándolo solo.
El moreno soltó un suspiro frustrado al abandonar la casa de su novio, sentía que de repente ya no le hacía el amor como antes, y eso le partía el corazón porque sabía que algo no estaba bien.
Entonces Ander agarró su móvil y le envió un mensaje a Morgan.
Y como era de esperarse ella tenía su móvil cerca para de inmediato abrir el mensaje de él.
"Quizá no sea la forma correcta, pero quiero confesar que el día que llegaste al instituto yo estaba ahí cuando te desnudaste en el gimnasio, desde entonces no dejé de pensar en ti."
Ella rió suave para que ni su madre ni su hermana la descubrieran y le respondió.
"Me alegra saber que no soy la única que tiene secretos. Yo vi como tú novio te comía el pito y desde entonces no puedo dejar de pensar en tu cara."
Ander rió por el texto que mandó Morgan y dejó su móvil.
Se recostó en su cama con su cigarro en la mano derecha, mientras la izquierda bajó a su bóxer y acarició su miembro.
Con solo recordar a esa niña linda se le ponía durísima.
—Estoy perdiendo la cabeza.— Se dijo a sí mismo con una sonrisa y soltó el humo del cigarro.
Ander estaba siendo infiel, y con una chica.
Sentía una adrenalina cada vez que estaba con Morgan, porque tenían algo en secreto, y aunque el muchacho estuviera erecto en ese momento, no se quiso dar placer, se encontraba cansado por el reciente sexo con Omar.
Cerró sus ojos y se quedó dormido.
💀
Nadia tenía mucha curiosidad sobre si su amiga aún gustaba de Ander, pero Morgan le daba pretextos.
—Sabes que puedes confiar en mí, no le diría a mí hermano que te gusta su novio.—
—No es eso, Nadia. Es que de verdad no me gusta.— Dijo Morgan mientras pintaba las uñas de la morena.
—¿Que van a querer comer en ésta pijamada?— Dijo la madre de Morgan entrando a la habitación donde estaban las chicas.
—Pizza.— Dijo Morgan.
Entonces la madre se fue.
—¿Que tal tu con Guzmán?— Habló Morgan otra vez.
—Nada importante, nunca estaríamos juntos.— Respondió Nadia.
—Lo único imposible es lo que no intentas.— Dijo Morgan guiñándole un ojo a su amiga.
—De todas formas no quiero decepcionar a mis padres.— Dijo Nadia suspirando con frustración.
—No están en su país, aquí deben aprender a darles libertad a ti y a Omar.—Dijo Rebeka entrando a la habitación y sentándose junto a las otras chicas.
Nadia sonrió un poco, deseando que las cosas con sus padres pasaran como Rebeca decía.
—Samuel tiene una cara de niño pequeño.— Dijo Morgan.
—Es lindo. Por eso me gusta.— Dijo Rebeka.
—Sería como cogerte a nuestro primo de doce años.—
—Ay cállate, Morgan.— Rebeka tomó una almohada y le pegó con ella a su hermana.
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Sɪʀᴇɴᴀ; Aɴᴅᴇʀ
أدب الهواة❝ Ella me hacía contener la respiración, pero moriría ahogado por quedarme anclado entre sus piernas. ❞