19; Guzmán.

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Un ramo de flores y unos dulces para ir a visitar a Guzmán, Morgan no le dijo a nadie que iría a verlo, pero ella sentía que él más que nadie, merecía saber lo que estaba sucediendo.

La muchacha fue en un taxi hacia la casa del joven rubio, y una de las empleadas del hogar le abrió la puerta, ya la conocía, y por supuesto la dejó pasar.

Morgan subió las escaleras, y pensó un rato antes de tocar la puerta de la habitación de Guzmán.

Pero al final lo hizo, y Guzmán le abrió.

—Hola, Morgan...— Se notaba que no tenía el mejor genio en ese momento, pero trató de darle su mejor cara a la chica.

—Quise venir a verte, y te traje ésto.— Dijo entregándole las flores y los dulces.

—Ow, eres muy tierna, ven.— Él agarró las cosas con una sonrisa e hizo que la muchacha pasara a su habitación.

—Vine a ver cómo estás, y también a contarte algo.— Se sentó en una silla.

—Bueno, no estoy bien. Pero puedes contarme lo que sea.— Él se sentó en la cama.

—Tuve un sueño... Con...— No terminó de hablar, pues alcanzó a ver una foto de una chica en una mesa de la habitación, se levantó y fue a tomar dicho retrato, estaba segura de que era Marina.

—Con ella...— Terminó de hablar.

—¿Qué? Pero si tu no la conociste.—

—Lo sé, es lo raro de la situación. Pero... El sueño con ella me dejó un mensaje, que por el momento creí que yo estaba embarazada, pero entonces fui a ver a una prima de Nadia, una mujer vidente, bruja, sabia, adivinadora, ah no sé como llamarle, pero me dijo algo muy importante.—

—¿Qué te dijo? Me estás asustando.—

—Soy tu sobrina, Guzmán. Marina antes de morir pidió que su bebé reencarnara, y... Aquí estoy.—

Guzmán se colocó más blanco de lo normal, y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

—Morgan, si ésto es una broma, te digo que es de muy mal gusto. Además ¿No deberías ser una niña pequeña?—

—¡No! ¡Jamás bromeo con cosas así.— Se defendió rápidamente y se acercó a Guzmán tomándolo de las manos.

—Esa mujer me lo dijo. Me explicó, pero no entendí mucho, solo sé que es posible, y sé que es verdad porque tu me has dicho que me parezco a ella, y en mi sueño ví que ella tiene un lunar en el pecho, yo también lo tengo. He estado hasta altas horas de la noche investigando sobre eso, y digamos que es como si te cayera una estrella fugaz, puedes pedirle lo que quieras, no siempre se cumple, porque no siempre tienes suerte de que te caiga una estrella. Ella quería que fuera alguien de su misma edad, y bueno, no sé porqué me ha caído a mi, pero ya está. Ella lo deseó con toda la fuerza de su corazón.—

—Dios... Entonces ésto es lo mejor que me ha pasado en éstos momentos tan tristes. Nunca he sido creyente en esas cosas, pero algo me dice que necesito creer ahora. — Guzmán no resistió y abrazó a la muchacha.

—¿En serio me crees?—

—¡Sí! Mi hermana era muy insistente cuando quería algo, no me sorprende que haya logrado ésto, siempre dijo que yo tendría algo de ella cerca, y estás tu.—

—Guzmán... La vida es un ratico, por favor intenta hablar con Ander, sé que la situación es muy prematura aún, pero hazlo por mi ¿Sí?— Con sus pulgares retiró las lágrimas de las mejillas del chico.

—No te voy a mentir, me ha decepcionado mucho, pero tienes razón, y no te voy a prometer que lo querré otra vez tan rápido, pero lo buscaré ¿Vale?—

—Hazlo pronto... Cuando acabe el año escolar nos iremos del país para ir a la universidad a otro lado.—

Guzmán asintió, y volvieron a abrazarse.

💀

La visita a Guzmán hizo que Morgan se sintiera más tranquila, él no la había rechazado, y le creyó.

No pudo esperar a llegar a casa de su novio para contarle a quien fue a ver, pues media historia se la iba contando por teléfono.

Al llegar a casa de Ander, la madre de éste la recibió con cariño y le regaló un beso en la mejilla, luego ella se dirigió a la habitación del muchacho.

—Casi me has contado todo por teléfono, así que supongo que dejaste la mejor parte para ahora ¿No?— Dijo Ander dejando el videojuego que estaba jugando y miró a su novia cuando ésta entró por la puerta.

—Sí, Guzmán te buscará, solo dale tiempo, él tiene que recuperarse.— Respondió, y fue a sentarse en las piernas de su chico.

—Me tranquiliza saber eso... Es lo que necesito para tener algo de paz.—

La muchacha observó a su novio y se acercó a su rostro para comenzar a besarlo.

—¿No vas a dejar que vuelva a jugar con la consola?— Preguntó él con diversión.

—Ño.— Ella se arrodilló y le levantó la camisa para darle besos en su abdomen.

Ander la miró y le acarició la cabeza en señal de que le gustaba aquello que hacía.

Morgan desabrochó el pantalón de su novio, y le bajó la prenda junto a su ropa interior.

—¿Le pusiste seguro a la puerta? No quiero que mi mamá venga a traernos galletas y salga infartada de aquí.—

—Oh mierda.— La muchacha se levantó y fue rápidamente a ponerle seguro a la puerta.

Morgan regresó a su trabajo y tomó el miembro de su chico para despertarlo, pero ya estaba más que despierto. Se inclinó para comenzar a lamer y sintió la mano de su novio empujando su cabeza.

Ella sabía lo que él quería.

Lo hizo sufrir un poco más, apenas con lamidas desde el inicio hasta la punta, y después por fin lo metió a su boca, tratando de retenerlo todo.

Ander no pudo seguirla viendo, sus ojos se cerraron y su cabeza fue hacia atrás.

El cabello de Morgan fue recogido en una especie de coleta improvisada por las manos de su novio, y continuó con su trabajo hasta hacer que su chico terminara en su boca.

—Me sacaste todo el estrés que tuve éstos últimos días.— Bromeó.

Ella rió y se levantó para finalmente darle un pequeño beso en los labios.

💀

Solo falta un capítulo más para que ésto acabe.

Sɪʀᴇɴᴀ; AɴᴅᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora