Mi destino eres tú.

Capitulo 16: Encuentros cercanos

―Eso es todo por ahora Sra. Webber ―dijo Adam con una sonrisa.

―Oh muchas gracias doctor―respondió.

Adam asintió― Le indicare a su enfermera la nueva dosis programada para el mediodía y la noche ¿de acuerdo?

―Por supuesto.

Adam asintió y luego de una breve despedida la Sra. Webber salió del consultorio.

Adam salió poco después al pasillo para dirigirse a su próxima cirugía.

―Jensen ―llamo a la joven que pasaba a su lado.

― ¿Si, Dr. Knightley?―pregunto la joven con las manos llenas de papeles.

―Tengo una craneotomía en quince minutos y necesito que te cerciores de que no haya ningún problema con el paciente de la B-126 ¿de acuerdo?

Ella asintió― Claro doctor.

―Gracias Jensen―dijo Adam mientras se alejaba―Si presenta alguna queja de dolor en la espalda no dudes en llamarme.

La joven asintió nuevamente― Lo hare.

Adam entro rápidamente en la sala de cirugías y se dirigió a lavarse.

―Hola―saludo Steven mientras secaba sus manos.

Adam asintió― ¿Qué tal? ¿Acabas de salir?

―Si, hace un rato―respondió―Estaban preparando el quirófano.

Adam miro por el vidrio a las enfermeras, anestesiólogos y demás ocupando sus lugares.

― ¿Qué tienes ahora?―pregunto Steven.

―Una craneotomía―respondió― ¿Tu que tuviste?

―Extirpe un tumor―dijo―Estaba en la primera etapa, así que no fue nada muy grave.

Adam asintió― Espero no tener complicaciones con este paciente, estaba algo nervioso.

―Siempre hay nervios―admitió Steven― Todo saldrá bien.

Adam comenzó a secarse las manos.

―Oye ¿tienes algo que hacer el sábado?

Adam enarco una ceja― No lo creo ¿Por qué?

―Matt, de plástica―aclaro―Dará una fiesta por su cumpleaños y me dijo que te avisara.

― ¿Matt cumple años el sábado?―pregunto Adam.

Steven asintió― ¿Iras?

―Puede ser.

― ¡Vamos Adam! ―exclamo su amigo―Sera genial, además esta semana ha sido un poco agitada con el accidente del edificio―comento― Te servirá distraer tu mente un rato.

Adam asintió― Lo pensare ―miro al paciente en el quirófano―Debo ir, hablamos luego.

―Está bien―acepto el pelirrojo― Pero será mejor que vayas Adam―decía mientras salía del lugar.

*

*

Definitivamente una de las cosas que más odio es el tráfico y estoy muy segura de que no soy la única. Era sábado y yo llevaba cerca de veinte minutos en el mismo lugar y todo permanecía exactamente igual, a excepción del ruido de las bocinas, obviamente.

Podía ver como muchos conductores igual o quizá más frustrados que yo se dejaban llevar por la rabia y decoraban el ambiente con delicadas palabras.