Adam se encontraba sentado en la cafetería frente a las ventanas que reflejaban el agitado ritmo de la ciudad, pensando sobre algunas cosas que últimamente le habían dado vueltas por la cabeza.
― ¿Knightley?―pregunto un hombre que se acercaba hacia el lugar de Adam.
El aludido volteo rápidamente― ¡Steven!
― ¿Puedo sentarme?―pregunto sosteniendo una taza de café en la mano.
―Por supuesto ―respondió Adam moviendo la silla a su lado.
―Gracias ―dijo mientras se sentaba.
Adam asintió― ¿Cómo te fue hoy?
―Bien supongo, aunque no ha sucedido gran cosa, solo una apendicitis y unos cuantos problemas en el post operatorios –dijo para luego darle un sorbo a su taza de café― ¿Y a ti? ¿Cómo va la neurocirugía?
Adam sonrió vagamente― Tranquila a decir verdad, últimamente no se han presentado muchos casos.
―Sí, el hospital está un poco tranquilo últimamente―sonrió―Parece que las personas por fin están tomando en serio su salud.
Adam asintió― Así parece ―respondió mientras fijaba su vista nuevamente a la calle.
Steven miro a su amigo por un momento, pues noto algo extraño en su actitud, parecía ido, preocupado por algo, él conocía bien a Adam y sabía que su comportamiento en ese momento no era el de siempre.
―Hey, Adam―él volteo― Te noto algo extraño, esa actitud que traes no es normal en ti ―Steve ladeo la cabeza―¿Te encuentras bien?
Él asintió―Me encuentro bi…
―No es así―interrumpió― Te conozco bien Knightley, no te atrevas a mentirme―advirtió.
Asintió nuevamente―Cierto.
―Bueno, esta vez espero una respuesta real ―dijo Steven cruzando los brazos sobre su pecho.
Adam exhalo―Está bien ―acepto colocando sus brazos sobre la mesa.
Steve asintió.
― ¿Recuerdas que hace unas semanas viaje a Londres?
―Claro, para la conferencia y eso.
Adam asintió―Bueno ―dijo mientras revolvía su taza de café―Pues…conocí a una chica.
― ¡Mujeres! ―exclamo Steven― Siempre tiene que ser ellas las causantes de que nos cambien de esa manera los estados de ánimo―dijo mientras sonreía―Pero ¿sabes? ― tomó un sorbo de su café― Algo me decía no estabas bien desde un principio, pero no te preocupes, aquí tienes a tu amigo Steven para ayudarte con tus problemas –Adam sonrió levemente―Bueno, dime ¿Quién fue la causante de esto? ―pregunto señalando a Adam con la taza en la mano.
Él rio― No es lo que tú crees Steven.
Él pelirrojo alzo una ceja― ¿Ah no?
―No, de hecho todo fue muy extraño.
-¿Extraño? ¿A que te refieres con eso?
―Pues la primera vez que la conocí fue en el aeropuerto, por una confusión con el equipaje y eso ―explico Adam― Y la segunda fue en la calle, cuando nos ―Adam pensó en una manera de explicarlo―Topamos.
―¿Se encontraron dos veces de casualidad?
Adam asintió mientras bebía su café, para luego dejarlo sobre la mesa.
―¿Qué paso con tu equipaje? ―pregunto Steve extrañado.
―La agencia envió la maleta de ella y la mía hacia otro vuelo, por lo que tuvimos que esperar y rellenar un formulario.
ESTÁS LEYENDO
Mi destino eres tú.
RomanceLa vida de Elizabeth Stevens, una publicista de 21 años, dara un giro inesperado cuando conozca a Adam Knightley, un neurocirujano que se desvive por su trabajo. ¿Qué pasaria si las cosas cambiaran de tal forma que ya nada seria lo mismo? Eso es lo...