Un Contrato En Pañales

4.

Draco

Tan pronto como termina mi clase de música, me dirijo a mi departamento en cuanto llego, Hagrid el portero, me dice que hay una hermosa pelinegra esperando en mi piso hace dos horas, se me hace un tanto extraño porque no he quedado con ninguna compañera de la universidad para vernos, pero cuando salgo del elevador me doy cuenta de quién es la hermosa pelinegra de la que hablaba Hagrid y sonrió.

Frente a mi puerta hay una mujer sentada sobre una de sus valijas, con hoddie negro que lleva en la espalda plasmada en blanco a una serpiente, el cabello perfectamente peinado sobre su espalda y unas plataformas que me hacen agradecer no ser mujer y amar los zapatos.

A medida que me acerco, escucho la ferviente conversación que tiene por su celular.

— ¡Te juro que como no llegue en los próximos minutos lo voy a despellejar, mamá! — Refunfuña—, llevo dos horas sentada sobre una de mis maletas y mi trasero esta adolorido, no puedo creer que tarde tanto en llegar, Harry me dijo que Draco normalmente llega a las 3:30 p.m. al departamento, pero son las cinco de la tarde y aun no aparece. ¿Qué puede estar haciendo ese chico?, hasta donde sé, no tiene novia y tampoco habla con Herms para que se entretenga por el camino tanto tiempo además... tengo hambre, el vuelo de Nueva York a Miami no fue muy bueno que digamos— Cansada de sostener su celular, lo aleja un momento de su oído y pone el alta voz, dándome así la posibilidad de escuchar lo que le daría mi madre.

— Nena es culpa tuya, nunca le dijiste a Draco que irías de visita por unos días además, te dije que comieras algo en el avión, que te estés muriendo de hambre es tu culpa Pansy, y si te está doliendo el trasero, ¿por qué no caminas un rato en el pasillo del edificio en vez de estar hablando conmigo? — la línea queda en silencio por unos minutos, y luego se escuchan una risitas. Mamá regresa a la línea— Tengo que colgar nena, el paste que estoy haciendo se va a quemar y a tu padre no le va a gustar— otro silencio se hace de su parte y luego escucho a papá llamar a mi madre y algo relacionado con un horno y humo. Todo en una misma frase— Por favor compórtate y salúdame a Hermione. Dile que la extraño— su voz suena algo apagada— ¡ah, y dile a tu hermano que me llame!, besos cariño.

— La comida del avión es asquerosa mamá— vate las manos, como si mi madre la pudiera ver— Y si, le diré que la extrañas— asiente— Y regañare a ese rubio por no llamarte. Te quiero... ¡Y guárdame un poco de pastel mamá!, adiós.

Auch, Pansy acaba de poner más sal en la herida. Había olvidado mi pelea con Hermione— ¿Sabes que pudiste avisarme de tu llegada, no Pansy? —la tomó por sorpresa, asustándola.

— ¡Ah! — grita— ¡Maldita sea Draco!, pudiste avisar que habías llegado —se levanta torpemente de su valija y me abraza.

— Estabas muy eufórica hablando con mamá—le devuelvo el abrazo bastante emocionado de tenerla aquí.

— ¿Cómo sabes que hablaba con ella? —rompe el abrazo y me mira con el ceño fruncido, confundida.

— Es evidente que hablabas con ella, literalmente le gritaste que te guardara pastel de chocolate—rio, mientras saco las llaves del departamento para poder entrar— Y pusiste el alta voz, obviamente reconocí su voz.

— Hablando de mamá, dice que la llames—toma una de sus valijas y entra en el departamento — También dice que extraña a Herms, hace dos años que no los vemos. — se gira a verme— Aunque ya claramente escuchaste eso. — camina hasta el sofá, dejando sus maletas a medio camino y se tumba en el sofá— Si no fuera por esta visita fugas, quien sabe hasta cuándo tendría noticias de ustedes dos, a veces parece que olvidan que tiene una familia en Nueva York— hace un puchero triste.