Capítulo 8: Una fortuna que mantener

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Si una celebración por el primer año de paz entre las naciones, después de cenar me dieron mi habitación mientras que Aang se desapareció por un largo tiempo, a pesar de todo, no había sido tan mal haber venido aquí, me gustaba mucho estar en casa y aunque mi padre estaba actuando con rencor en el fondo sabía que mentía, quizás de ahí saque lo necia de mí.

-Buenas noches hija- Me dijo mi madre para luego retirarse, había pasado hasta la última hora del día platicando conmigo, me tomo un par de medidas y me hizo probarme algunos vestidos.

-El largo de color azul y verde te quedo muy bien- La voz de Aang me sorprendió, no había detectado su presencia, ¿espera dijo que?

- ¿Acaso has estado viéndome? – Le pregunte esperando una respuesta positiva solo para golpearlo, no me molestaba el hecho de probarme ropa, después de todo no tenía forma de decir si alguna me quedaba bien, digo soy ciega, no es como si mi imagen sea algo que me quite el sueño, aunque las palabras de mi madre cuando me decía "Te ves hermosa" me alegraban

-Solo el ultimo y el anterior, fui a ver como estaba Appa y Momo, además de que tu padre hablo conmigo- Bueno mis intenciones de golpearlo se disiparon cuando dijo algo sobre mi padre, quizás era algo importante.

- ¿De que hablaron? – Pregunte algo preocupada, Aang aún no estaba del todo bien, no quería que mi padre dijese algo que le afectara nuevamente, aunque por el tono por el que hablo ya había pasado lo que temía.

-Solo me dijo cosas que escuchaba cuando apenas me entere de la guerra, después de salir de ese enorme hielo, lo que deseaba era divertirme y pasar bien, luego vi la realidad de mis acciones, entonces Katara me dijo que debía aceptar mi responsabilidad, hacer lo mejor que pudiera y así ayudar a los demás, tu padre me dijo que fui un cobarde, un avatar sin educación y...-

Aang paro de hablar, tomo asiento en mi habitación, no sabía si seguir preguntando o ir y darle una lección a mi padre, pero no quería poner triste a mi madre quien se había comportado bien conmigo.

-Me dijo algo que no había pensado en ningún momento y es que era evidente, solo que cuando lo menciono, bueno no fue muy amable que digamos, ¿sabes que soy el ultimo nómada aire? ­- Es evidente que es el único, bueno he sabido de otro que camine y sea calvo como pies ligeros, además como tal es el último maestro aire.

- ¿Crees que estaré solo? – Pregunto Aang algo bajo, solo, aquella palabra que entendía muy bien, soledad, abandono, recuerdos del pasado me invadían, aquella triste soledad donde no podía salir con nadie, platicar con nadie y sobre todo no tenía a nadie. La soledad era algo con lo que tuve que convivir, siendo recluida en mi casa, vigilada y siempre en compañía de guardias.

Probablemente una vida muy triste, no me dejaban socializar, me educaron en casa, sin embargo, no deje que me moldearan como una chica la cual dependería de alguien más, bueno lo demás historia que todos conoces, aprendí tierra control por los topos, siendo la mejor maestra tierra en mi opinión.

-Mi padre dice muchas cosas, aun después de haberles respondido un par de cartas, son algo duros, que no te afecte mucho lo que él te diga- Le dije tratando de animarlo, no quería saber que le había dicho mi padre a Aang para que no pensara más en ello.

-Pero en parte tiene razón, nunca había pensado que ya no hay maestros aire, ninguno desde la masacre de los nómadas aire- Era verdad que ya no había maestros aire, Aang era el último maestro aire, como si se trata del título de alguna especie de historia.

-ya veo, pero ¿Qué hay con eso? - No entendía mucho el dilema de Aang bastaba con que en el futuro este se casara y tuviera suerte de que naciera algún hijo o hija al cual le enseñara aire control.

-Bastara con preguntarle a mis vidas pasadas la solución a esto- Aang cruzo sus pies y cerro sus ojos, "si muy triste y todo...pero estas en mi habitación, no te pongas a meditar aquí"

Aang se la paso meditando por mucho tiempo, no le reclame nada, era ya tarde y todas las luces se comenzaban a apagar, mi madre solo paso a mi cuarto sin entrar a desearme buenas noches, para mi suerte todo iba bien.

Luego de un gran rato más del que había esperado, me acerque a Aang para saber si estaba por terminar su sesión de meditación, aunque luego de oírlo y "verlo" note que en verdad se había quedado dormido.

-Pies ligeros, dormirás aquí, pero en el ¡PISO! - Lo saque de mi cama y no escuche ninguna queja y dormí como bisonte después de comer.

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Por la mañana Aang me despertó, discutimos sobre la noche anterior, por quien entraría en el baño, por el ultimo pedazo de pan, por si salir en Appa o a pie, para que Aang me ayudara a practicar, por hablar con mi padre, incluso no supe en qué momento Aang estaba nuevamente en mi cuarto con mi madre colocándome telas.

-Bien, este ha quedado perfecto, además tienes espacio suficiente para moverte con gran libertad, ¿Qué opina joven avatar? - Mi madre le pregunto acerca de cómo me veía con alguna clase vestido estúpido que mi madre diseño para que fuera en la ceremonia de paz, Aang no dijo mucho, bueno a decir verdad no lo escuche, ¿me veía mal? Por alguna razón ese pensamiento de imagen llego a mi cabeza, tal y como le había dicho a Katara, no importaba mucho mi apariencia, además ella me dijo que era hermosa, ¿habrá mentido?

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Otro día tranquilo en mi hogar, Aang me dio un día completamente para mí, mi madre me arreglo el cabello y algún tipo de spa, la verdad es que disfruté el día para mí, no supe que hizo Aang he de suponer que se la pasó junto a Appa y Momo toda la tarde, por otro lado, mi padre solo me pido una cosa antes de que fuéramos a cenar.

Mis padres me citaron en algún tipo de reunión familiar a la cual Aang no formo parte por múltiples razones, entre algunas noticias sobre aquello que temían mis padres estaba que en un lapso de 2 años consiguiera alguien con quien contraer matrimonio, pues al parecer la fortuna de la familia empezaba a ser objeto de... ¿CASARME?

Lo que veo en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora