Capítulo 1

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Sajer

Ya estaba acabando el invierno, y el bosque en el que me encontraba era muy diferente al que conocía. En lugar de ríos, tenía un gran lago de agua cristalina. Los animales que habitaban, eran jabalíes, zorros, osos... Era casi igual al otro lado de las montañas, la única diferencia, era que no había ninguna manada en todo lo que llevaba recorrido, pero sí había sentido los vestigios de que hubo una cerca alguna vez, no hace mucho.

— Tú no eres de por aquí ¿verdad? — me tomó por sorpresa oír que alguien me hablara después de tanto tiempo. — eres un lobo solitario como el otro ¿no es así? — tomé precaucion ante la extraña. Aunque yo también debía serlo para ella.

— Y tú quién eres. — pregunté desconfiado.

— Me llamo Selim, pero mi amo me llama Lina. ¿Y Tú?

— Sajer. — ignoré completamente su extraño aspecto y me centré en lo que había oído — ¿dijiste amo?

— Sí...

— Y eso qué es...

— Ah, es cierto. Son unas criaturas algo feas, no tienen pelaje ni garras, y se ponen unas cosas raras sobre su piel para resguardarse del frío. Ya estaban aquí cuando cuando nací, y uno de ellos me adoptó.

Noté que tenía algo que rodeaba su cuello que tenía un aroma particular, y de ella, una cosa brillante con extrañas marcas.

— ¿Qué es eso?

— Ellos lo llaman collar, y tiene escrito el nombre que mi amo me puso.

— ¿Hablan como nosotros?

— No, hablan en otro idioma. — dijo — yo si puedo entender lo que él dice, pero él no puede entenderme.

— ¿Hay más como tú?

— Claro, no somos tantos, pero hay varios que tienen un amo.

Nuestra conversación se vio interrumpida por un fuerte ruido que aterrorizó a las aves cercanas a él. Seguido de esto, oí un sonido extraño, como un llamado, pero no podía entenderlo.

— Oh, mi amo me llama — dijo mirando en dirección al sonido. — bueno un gusto conocerte Sajer.

— Sí, claro. — dije confundido.

Era extraño. Su apariencia era como la de un lobo, al igual que su tamaño. Pero tenía algo que me hacía dudar de que enrealidad lo fuera.

Decidí mantener mi distancia, pero si quería saber lo que pasaba, ella podía ayudarme. Y sinceramente, ya no recordaba como ser amistoso con alguien. La soledad se vuelve tu única amiga, y lo mejor es que no tienes que hablar con ella.

Entre lobos... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora