Capítulo 53

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Kaila

Corrí lo más rápido que pude hasta que llegué al pie de la montaña. Aún debía subir un poco más para que no me encontraran; pero cuando me detuve a beber agua de un riachuelo, comencé a oír voces.

- Ya no tienes a dónde ir...

- Adelante... Mátame. A ver si eso te hace ser mejor - era Sura. Y el cachorro estaba a sus patas.

- Solo por mera curiosidad... - dijo el perro - ¿Por qué estás cubierto de sangre...?

El lomo de Sura estaba totalmente manchado de algo que apestaba a sangre de lobo. Él pareció entrar en pánico al verse a si mismo.

- ¿por qué... Por qué nos cazan...? - dijo Sura.

- Ese no es mi asunto. Y la verdad es que ni me interesa.

- Así que los ayudas a ojos cerrados... - su enfado era más que evidente - ¡Tú y los tuyos son unas bestias! ¡Y sus amos son peor que monstruos!

- No me malentiendas... - lo rodeó - nuestra vuda no es mucho más fácil que la de ustedes. No sé qué es lo que ellos hacen; pero estoy seguro de que también podrían hacerlo con nosotros...

- Pues suerte para cuando llegue el día en el que los despellejen como a conejos...

- ¿Esas serán tus últimas palabras?

- Ya deja de hablar... Solo ten piedad con el cachorro...

- ¡Espera! - corrí junto a Sura.

- Pero qué tenemos aquí... - dijo el perro - La hembra que armó todo este lío ¿sabes que te están buscando? a ti y al que te liberó.

- Hueles a Roby... - murmuré triste - uno de los lobos de la manada del Este...

- Los humanos le sacaron la piel a los lobos que atraparon...

- ¡Shaya está...!

- No... Ellos aún están vivos... Pero no sé qué es lo que quieren con los cachorros...

- No es un buen momento para murmurar cosas entre ustedes ¿no? - dije el perro - además, no es necesario pedir piedad por el cachorro. A ustedes los mataré, y el cachorro volvera a la jaula para que los humanos los envíen a otro lugar.
No veía ninguna forma de cómo salir con vida de ese lugar. El cachorro parecía muy débil; Sura parecía estar herido; y yo no era rival para ese perro.

- ¿Y ahora qué...? - susurré. Pero Sura se adelantó sin decir nada - ¡¿Qué haces...?! ¡Sura!

Entre lobos... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora