Entre lobos... (2)

Capítulo 118

Liv

Mientras caminábamos, noté a Unan muy distraído. O al menos lo suficiente como para no olvidar que en su hocico traía a Unne.
Como no podía hablarle, choqué suavemente mi flanco izquierdo con su flanco derecho. Él me miró algo sorprendido por haberlo sacado de sus pensamientos; luego sonrió con la mirada; y acarició mi cabeza con la suya cuidando de no lastimar a los cachorros. Le hice una señal para que descanzáramos un momento ya que mi mandíbula comenzaba a doler.
Para nuestra sorpresa, Rissa y Ciro se acercaron a nosotros y ofrecieron su ayuda con los cachorros. Confiaba plenamente en Rissa; pero no me esperaba algo así de Ciro. Unan aceptó, y yo acepte un momento después. Ambos comenzaron a adelantarse.
- ¿Estás bien? - preguntó Unan.
- En lo que se puede... - lo noté nuevamente distraído - ¿Tú estas bien? Estás muy distraído.
- No, yo solo...
- ¿A quién buscas?
- No veo a Shaya por ningún desde que...vio a tu hermano.
- Desde que él nació, Tyler también era su hermano mayor.
- Es un lobato fuerte aunque no confía mucho en él mismo. No sabe como lidiar con sus demonios él mismo.
- Búscalo.
- ¿Qué?
- Ese lobo no es muy diferente a ti antes de decidir estar juntos. Además... - acaricié su cuello con mi cabeza - pasa por lo mismo que tú hace varias lunas atrás.
- Zyner... - murmuró - ¿Y qué puedo hacer yo?
- Parte de nuestro código como Lobo es "enseñar al más joven". Alguien debe enseñarle a no depender de otros para mantener a sus demonios a raya.
- Estuvimos encadenados juntos por más de dos lunas, eso no me vuelve su amigo como para hacer eso.
- Y porque no eres su amigo, eres el indicado para ello. Veo en tus ojos distraídos que lo aprecias. - le di una lamida en el morro y retrocedí - ahora anda, yo estaré con tus padres y nuestros hijos. - le sonreí, para luego darle la espalda y dejarlo sentado, pensando en qué debía hacer.