4. Frases sin sentido

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Anne:                                                                                                                                                                                                                                                                Me seguía doliendo la cabeza cada vez que lo recordaba. La mirada de Alex me había dejado impactada, ¿Cómo alguien podía dejarte con esa sensación en el cuerpo? Nunca lo había experimentado y no me estaba gustando nada. Me iba a mostrar borde para que se olvidase de mí, y a la semana siguiente ni se acordaría de mi nombre.

Nada más sonar el timbre de la salida, me fui de clase precipitadamente. Me dispuse a buscar a mi hermano, pero me estaba esperando en la salida junto a Marcos. Lucas sonreía, no era buena señal.

-Hermanita, ¿qué tal las clases?

Me encogí de hombros y comenzamos a andar por la ruta de todos los días.

-He de decir que estoy orgulloso, tarde o temprano tendría que pasar -el gesto de Lucas no cambiaba, estaba muy contento.

- ¿A qué te refieres? - le pregunté curiosa.

-A tu novio, claro está. Y además guapo, aunque un poco delgaducho.

Estaba desconcertada, no sabía de dónde se había sacado eso.

-Siento decepcionarte, pero sigo tan sola como hace 1 año. Bueno, como lo he estado toda mi vida.

- ¿Y el chaval al que has defendido? No me has hablado nunca delante de los demás, y de repente llega este chico y te vuelves valiente.

-Primero, siempre he sido valiente, segundo, que te metas con todo el mundo por chorradas es de niño pequeño, y tercero, tengo mejores cosas que hacer que hablar contigo en el colegio.

-Me parece que te ha dejado en mal lugar. -dijo Marcos sonriendo y fingiendo que aplaudía.

Me reí, pero Lucas me robó las llaves de la mano y empezó a correr.

- ¡Mierda! - gritamos Marcos y yo al unísono.

Pero para cuando habíamos acabado de chillar, él ya estaba dentro del portal, sacudiendo las llaves delante nuestra. Mostró su más irritante sonrisa, y se giró diciendo que me buscara la vida.

Le grité un par de insultos, pero acabó desapareciendo por el ascensor. Miré a Marcos decidiendo qué íbamos a hacer, pero él parecía tan perdido como yo.

- ¿Está tu padre en casa? - preguntó Marcos.

-No, tiene una sesión de fotos. ¿Crees que Lucas bajará a abrirnos?

-Sinceramente, no.

- Pues yo tengo hambre, podemos ir a comer al parque, hay un puesto de comida rápida.

A Marcos le pareció una buena idea, y nos fuimos andando hacia el parque.

-No escuches a tu hermano, no hace falta que tengas novio para que él esté orgulloso de ti. Nunca lo admitiría, pero habla de ti con admiración la mayoría de las veces.

Miré a Marcos, sorprendida por aquella afirmación. Que alguien como Lucas sintiera admiración por mí era prácticamente imposible. Él tenía la vida perfecta, yo no tenía nada que él deseara.

-No puede ser, creo que le parezco una aburrida que nunca hace nada.

-Mira, no se lo digas, pero hace unas semanas que no se lía con nadie, y la razón eres tú. Cuando le pregunté por qué, simplemente me dijo que quería encontrar a alguien que le gustara de verdad, y no la primera guapa que pasase por delante. Como tú siempre dices, cuando llegue el momento llegará.

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