Capítulo 14

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Martes 15 abril, Facultad, 8:50.

Alba y Natalia caminan de la mano hacía los amigos de la primera, quienes las observan expectantes. Dejándoles claro que su burbuja se ha roto.

- Luego te escribo y nos vemos mi amor- dice Natalia antes de dar un beso a Alba y marcharse en busca de sus amigos.

- Gracias por todo Afri- habla la rubia entregándole las llaves.

- Nada cariño, eso si creo que no merecemos algún detalle ¿no? Y espero que hayas lavado las sábanas.

- Eso ¿habréis aprovechado la casa? - pregunta Carlos.

- La verdad es que ha sido genial y sí, mi novia y yo hemos aprovechado la casa.

- Espera, espera...¿novia? - grita María llamando la atención de algunas personas.

Alba asiente nerviosa, incapaz de retener su sonrisa.

- Illa me alegro pechá por tí.

- ¿Y que tal la Natinat en acción? - pregunta Júlia.

- Que cotillas que sois. Sólo diré que no tengo pega alguna, y ahora pa'clase que no quiero llegar tarde- dice la rubia disolviendo el corrillo.

Cada uno se fue por su lado, dejando a Joan, Júlia, Alba y Marta solos frente aquel edificio. Las chicas caminaban un poco más adelante hablando animadamente entre ellas.

- Oye Alba que no he dicho nada pero que me alegro por tí- digo el chico con la boca pequeña.

- Gracias Joan.

Era cierto que desde que su compañero tuvo aquel feo encontronazo con Natalia las cosas entre ellos habían estado un poco raras. A Alba la molestaba la actitud paternalista que su amigo tenía con ella, estaba muy agradecida por el gran apoyo que Joan siempre la había brindado y quizás por eso la dolía aun que no lo hiciese en ese momento.

Miércoles 15 mayo, cafetería, 11:15.

- Pues yo tengo ganas de conocer a la rubia la verdad- la decía Ici.

- Eso Nat tía a ver si nos la presentas- se quejó Álvaro.

- Lo haré cuando dejéis de comportaros como niños.

- Me gustaría creerte pero estas tan encoñada que sé que no te vas a poder aguantar- la picó Alicia.

- Buah es que no os hacéis una idea de verdad, me tiene loquita. 

- Vas cuesta abajo y sin frenos amiga- dijo Ici.

- ¿Y con la nena que tal?- preguntó el chico.

-Alba dice que no me preocupe, que es su responsabilidad. No sé, intento no pensarlo mucho porque me agobio un poco, todavía estoy intentando averiguar cuál es mi papel en todo esto- se sinceró con sus amigos.

Viernes 17 abril, casa de Alba, 19:10.

- Cariño mañana va a venir Natalia a comer ¿te acuerdas de ella?- pregunto la madre a su hija mientras la apartaba el fino pelo de la cara.

- Si mami.

- Natalia es importante para mami así que la vas a ver mucho a partir de ahora ¿vale?

-Vale- dijo la niña sin más mientras se terminaba de tomar su sopa.- Me gusta Natalia, es buena.

Alba sonrío tontamente ante las palabras de su hija. Aquella pequeña era toda su vida. A ella la podían pasar mil cosas pero con que la más mínima cosa mala la pasase a la niña la causa un dolor inmenso. Cuando ella reía, Alba reía más, si su hija era feliz ella también. Daba igual lo cansada que pudiera estar que una sola palabra de su pequeña la podía recargar las pilas de nuevo.

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