Connor.
¡Maldita sea!
¡Por qué ella tuvo que seguirme! Es una niña tonta.
Ahora tendré que hacer algo con ella. Pero no puedo hacerle daño, es una de las razones por la que he vuelto a este lugar.-Eres un maldito psicópata, un maldito asesino -dice mientras se echa en el pavimento llorando-. Mataste a Christian maldito enfermo.
-Yo no le disparé, Francis lo hizo -le digo soltado una sonrisa sádica-. Además, se lo buscó por venir aquí. Francis me mira con cara de confundido porque lo culpe por su muerte.
-¿Ahora me vas a matar a mi o qué? -grita entre llantos y lágrimas.
-No Nicolle, a ti no puedo hacerte nada -afirmo acariciando su pelo.
Esto será un problema para mí. Tendría que lidiar con ella sabiendo sobre esto.
-Ponte de pie -le digo-. Que te pongas de pie te dije. Se levanta llorando y temblando del miedo.
-No temas Nicolle, no te haré daño -Aclaro y suelto otra sonrisa sádica-. El único dolor que te haría sentir es el del placer en la cama.
-Eres un maldito sádico -grita y me escupe la cara-. ¡Acaso no te duele hacer esas cosas! Me limpié la cara sin rencor, la entiendo. Es impactante ver cosas como esta; y más ella que nunca a vivido algo así.
-¡Vamos a comer algo si! Debes tener hambre -digo levantando su cara y secando sus lágrimas-. Debemos hablar sobre esto.
-No iré a ningún lugar con un asesino.
-No te estoy preguntando si quieres ir cariño, es sí o sí -Expreso apretando la mandíbula.
Tengo que aclararle las cosas, pero no todas. No quiero que ande contándole eso a todos.
¡Es un maldito ajetreo todo esto!
También tengo que hablar con los chicos sobre mis cosas.
¡Pero eso es otro rollo!-Oye Francis, deshazte del cuerpo. Mañana no vemos para tratar las cosas.
Estabamos en la cafetería de aquella noche en la que cometimos el pecado de acostarnos. Y exactamente se encontraba aquella chica a la que Nicolle odia. ¡El rostro de esa chica se me hacía conocido!
La camarera se acercó a pedir nuestra orden.-Yo quiero dos rebanadas de pizza y un licuado de fresa -le pido-. ¿No pedirás nada Nicolle?
Me hace seña con la cabeza que no. Y la comprendo, a nadie le da hambre acabando de pasar por cosas como las sucedidas esta noche.
-Cambia esa cara cariño, ya te dije que yo no fui quién mató a tu noviecito -le susurro.
La chica de aquella noche me está mirando y busca la manera de acercarse.
-¡No era mi jodido novio estúpido! Y eso no quita el echo de que hayas matado a alguien -dice en voz baja y secando sus lágrimas. En ese mismo instante se acercó la chica.
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D A D D Y © [✓]
Ficção AdolescenteLa fantasía de muchas es tener un hermanastro sexy y apuesto. Yo fuí dichosa entre esas que desean tenerlo, y no hay nada como sumergirse en sus ojos de océano. Pero todo tiene su contra... Prohibida su divulgación, copia o distribución. © Todos los...