Only You ❲KookV❳

12

Veinte días habían pasado desde que Taehyung se fue a inscribir a la universidad, ahora, era tiempo de hacer el examen que decidiría si se quedaba en la universidad o no.

Mentiría si dijera que no estaba nervioso, aunque pasó dos semanas estudiando sentía que no era suficiente.

La hora de entrar a ese salón le escandalizó, pero por suerte, Jungkook estaba ahí con él, apoyándolo.

—Solo será un examen, estudiaste duro para esto, Tae —alentó el pelinegro.

—Aún así no puedo con los nervios.

—Estarás bien, solo concéntrate, ¿okay? —le tomó el rostro entre sus manos, acariciando ambas mejillas de forma tierna.

Taehyung respiró profundo para luego sonreír a su novio geométricamente.

—Ya es hora.

—Suerte, confío en ti —añadió el mayor antes de dejar ir al castaño, dándole ánimos con su gran sonrisa.

Y Taehyung desapareció dentro del salón.

°°°

—Los resultados los veré en una semana —el castaño logró salir sin problemas de aquella prueba, ahora se encontraban en una pequeña fonda, pues al salir de aquél salón Taehyung tenía mucha hambre.

—Yo sé que lo vas a pasar.

El celular de Taehyung sonó, avisando que tenía un nuevo mensaje.

Hizo una mueca al terminar de leer, y Jungkook preguntó a que se debía.

—Es el psicólogo, mañana tengo cita... Pero es fin de semana, no sé porqué quiere que vaya. La última vez dijo que me lo haría saber por mensaje porque había estado muy ocupado —informó.

—Pues tienes que ir, cariño, pronto te vas a recuperar —acarició su mano, de manera reconfortante.

El menor suspiró, y asintió con la cabeza para luego seguir con su alimento.

—¿Las pastillas? —preguntó Jungkook mirando atento al contrario.

—Ya te había dicho, ya no las tomo —respondió con desinterés.

—Taehyung...

—Jungkook, ya te lo había dicho, y no me digas que las tome porque no lo haré.

Jungkook solo lo miró serio, después de un breve momento asintió en silencio continuando con su comida.

Saliendo de aquel lugar, regresaron a casa, Jungkook iba manejando su auto.

—¿Has hablado con Bogum? —el pelinegro seguía conduciendo mirando de reojo al castaño.

—No —dejó de ver por la ventana para centrarse en el mayor—. ¿Por qué?

—Solo quería saberlo. Hace tiempo que no lo veo, qué raro.

—¿Por qué? Si cuando lo ves solo discuten —recordó el menor mientras reía bajito.

—Es tan imbécil, en verdad no puedo creer que su padre le haya dejado la empresa, si yo fuera su padre lo hubiera desheredado de todo.

—Pero no lo eres.

—Dije: si lo fuera.

—Pero no lo eres —repitió haciendo chasquear la boca de su pareja.

—Ah~ Tae, Tae, eres tan...

—¿Tan qué?

—Tan hermoso —dijo deteniendo el auto por el semáforo en rojo, aprovechó la ocasión y lo besó en los labios.