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Los cálidos rayos de sol se colaban por la ventana e iluminaban el rostro del peli blanco, quién al notar que la cama estaba vacía abrió los ojos para buscar con la mirada la presencia del peli rubio, pero Hide no estaba en la habitación.

Kaneki se frotó los ojos algo adormecido, y como pudo se levantó de la cama para buscar a Hide por el resto de la casa, pero no hubo resultados. Pero logró notar la existencia de una pequeña nota en la mesa del comedor.

"Lo siento Kaneki, pero esto de ser líder de una organización es algo… Complicado y cansado. Ahora he tenido que asistir a una reunión, no quise despertarte pues parecías muy cansado, pero no te preocupes, estás en tu casa y puedes hacer lo que quieras. Te veré más tarde, cielo.

—Hide"

Cuando el albino terminó de leer esbozó una sonrisa y tomó un bolígrafo para escribir un pequeño mensaje al reverso de esa pequeña nota. Al terminar de escribir miró la pequeña luna que tenía por collar y susurró unas palabras para sí mismo.

—¿Cómo no amarte si eres un verdadero sol?—

Luego de eso, volvió hacia la habitación que compartió con el rubio para quitarse la ropa de dormir y ponerse la que traía la noche anterior, pues aunque no quisiera tenía que volver a Re: y aclarar algunas cosas, por ejemplo disculparse con Touka por haberse comportado como un crío estúpido y caprichoso, era estúpido y caprichoso, sí, pero no era la forma de solucionar las cosas.

Y tendría que solucionarlo si no quería iniciar su relación con Hide con el pie izquierdo.

A los pocos minutos de salir de la casa ajena ya había llegado a una esquina del Re:, pues como aún era muy temprano en el distrito casi no habían civiles rondando, por lo que decidió saltar por los tejados para acortar camino y ejercitarse.

Últimamente se había acoplado a una rutina pacífica pero sabía que estos no eran tiempos de paz, tenía que estar preparado para las catástrofes.

Finalmente entró a la cafetería con la esperanza de que todos siguieran descansando pues de seguro que todos ya estaban enterados de su idiotez y sinceramente no quería perder la pequeña felicidad que Hide le había brindado la noche anterior. Sin embargo sus plegarias no fueron escuchadas, pues Ayato y Nishiki estaban en la entrada con el ceño fruncido, aún más que de costumbre.

—¿Sucede algo?— Tuvo la osadía de preguntar, pero ninguno de los dos chicos se dignó a contestarle —¿Qué sucedió Nishiki? ¿Algo le sucedió a Kimi?— El mencionado solo se cruzó de brazos y miró al peli azul —¿Hay algo que debas contarme, Ayato? ¿Pasó algo con Hinami chan?— El otro nada más gruñó para alejarse de los otros. —Miren chicos, sé que les debo una explicación y también sé que no debí descuidar mis labores de este lugar debido al esfuerzo que ustedes han puesto, pero…—

—Touka— Interrumpió Ayato, captando así la atención del oji gris —Ella está…— Murmuró algo inseguro.

—Preocupada por ti— Terminó la frase Nishiki, recibiendo una mirada cómplice de parte del Kirishima menor. —Y es mejor que te disculpes de ella y al fin entiendas nuestras indirectas—

—No les entiendo…— Musitó el peli blanco con la cabeza baja y una risa algo nerviosa. —Si quieren que me disculpe, lo haré—

—¡Sólo ve a verla! Es imposible que no te des cuenta  con el aroma— Exasperó Ayato tratando de contenerse —Ella te explicará y discúlpenme, me iré por unas horas— Aclaró para después salir de la cafetería.

—Espero que realmente te hagas cargo, ellos no tienen la culpa de nada, pero de igual forma sé que te traerán ciertos problemas, ve a verlos— Murmuró Nishiki para irse rumbo a su habitación. — Menudo crío saliste—

𝐸𝑞𝑢𝑖𝑣𝑜𝑐𝑎𝑑𝑜 - 𝐾𝑎𝑛𝑒𝐻𝑖𝑑𝑒 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora