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Aquel Kakuja seguía creciendo y envolvió el cuerpo del peli blanco, siendo este el corazón. Esa criatura devoraba todo a su paso, ya sean humanos o Ghouls y con ello su tamaño se duplicaba, alarmando así a todos los civiles y personas del lugar.

—Al fin has despertado.— Murmuró aquel hombre vestido de blanco y con voz áspera para después adentrarse a las estructuras del CCG, en dónde la pelea se había detenido al mirar semejante criatura en las afueras.

El cuerpo del peli rubio yacía en el suelo aún débil, pero estaba en grave peligro debido a la cercanía con el Dragón y cuando parecía que también sería devorado, un azabache llegó para socorrerlo y cargarlo en brazos.

—¿Está bien, Urie?— Preguntó Tōru al mirar el cuerpo moribundo de Nagachika, a simple vista estaba mal.

—Aún respira, así que tenemos que darnos prisa— Respondió Urie mientras le tomaba el pulso al Hide, quién poco a poco iba reaccionando —Creo que solo necesita descansar…— Añadió el de cabello color carbón y empezó a correr con cuidado mientras era seguido por la chica.

Ambos llegaron sin problemas hacia donde se encontraban los miembros de Re, quienes se resguardaban en la entrada de las instalaciones del CCG evidentemente. Pero con el cuerpo débil, no había mucho que pudieran hacer. Dejaron el cuerpo del peli rubio en el suelo y dijeron que debían reunirse con su escuadrón para tratar de salvar vidas o frenar a Ken.

Casi enseguida, los tres restantes de los cuatro líderes del ataque se presentaron con ellos para supervisar su estado, la pelea interna ya había cesado, ahora lo crucial era detener al Dragón para evitar más destrucción.

—Hide…— Murmuró la castaña para acercarse más al mencionado quién solo pudo emitir un quejido. —Está débil, pero alimentarse debe reponerlo…— Mencionó Mina. Aunque ella no era quién para decirlo, pues también estaba utilizando sus últimas fuerzas.

—Pues tomemos a uno de esos investigadores y ayudemos al chico.— Propuso Shuu para después dar un largo suspiro. —Y pensar que dejé una fabulosa cena en casa…—

—No, a Hide no le parecería eso, aunque sea una situación de gravedad.— Mencionó Ayato.

—Tienes razón, Ayato—

—Esperen… Yo puedo ayudar.— Habló Yannick para después empezar a buscar en las paredes, una caja de primeros auxilios y al encontrarla tomó algunas cosas y luego volvió con los demás. —Si solo puedo ayudar de esta forma, entonces quiero hacerlo.— Continuó dejando confundidos a todos los presentes hasta que sacó una pequeña navaja para cortarse una de sus muñecas dejando que hileras de sangre empezaran a fluir.

Era el único humano puro entre ellos, por eso el pelirrojo sentía la necesidad de ayudarlos de una u otra forma.

—¡No es necesario que lo hagas!— Reprendió la castaña con el ceño levemente fruncido.

—¡Cállate y por una vez deja que haga las cosas por mí mismo!— Se defendió el chico para luego acercar su muñeca a los labios entreabiertos del rubio y así, hacer que las gotas de sangre cayeran en la boca de Hide, quién instintivamente empezaría a degustarla. —Creo que si ustedes beben un poco estarían mejor— Añadió Yannick mirando a los demás.

—Aunque quieras aparentar ser increíble, sería peligroso— Reprendió Nishiki cruzado de brazos y Keiji asintió levemente.

Hide abrió los ojos y logró reincorporarse al instante aunque aún se sentía un poco cansado. —¿K-kaneki…?— Murmuró recordando lo que había pasado.

—Hide kun…— Yannick presionó su herida para evitar el sangrado y miró a los demás quienes se reprochaban mentalmente todo lo que estaba sucediendo allá afuera. —Miren… Sé que no es la mejor opción, pero ¿De verdad creen que pueden hacer algo en esas condiciones?—

𝐸𝑞𝑢𝑖𝑣𝑜𝑐𝑎𝑑𝑜 - 𝐾𝑎𝑛𝑒𝐻𝑖𝑑𝑒 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora