Los padres de Hoseok murieron a causa de un crimen organizado. Desde entonces su vida empezaría a correr riesgo y ocupará a alguien quien lo pueda proteger de cualquier daño que quieran hacer en contra de él.
Taehyung deberá cumplir la promesa que l...
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Actualidad
—Siento que mi padre me oculta algo importante.
Hoseok quien se encontraba recostado en el pecho de Jimin habló dudoso de sus palabras. Hace meses quería sacar ese tema con alguien pero no tenía quién ya que puedan pensar mal.
El rubio abrió los ojos y observó a su novio. Ese tierno pelirrojo alegraba sus días con una sonrisa radiante, remarcando sus hoyuelos. Hace varios meses empezaron con su relación. Ambos no entendía cómo fue que se enamoraron ya que antes se ignoraban. Jimin empezó acariciar el cabello del pelirrojo mientras hacía un sonido afirmativo dándole entender de que lo escucha.
—Siempre que le hablo de temas sobre su trabajo o acerca de los hombres que entrenan en nuestra casa él simplemente me ignora diciéndome que aún no debo saber eso —Hoseok suspiró. Daehyun nunca lo toma en serio, nunca escucha sus opiniones. Lo tratara como si fuera un niño pequeño—. Ya estoy grande como para entender algunas cosas.
—Bebé, sabes que Daehyun siempre ha sido un hombre duro, parece que no tuviera corazón. Aún recuerdo cuando me presentaste ante él, casi me mata. Y sé la razón del por qué —lo último no lo dijo en voz alta, ahorrándose preguntas.
Hoseok río ante ese recuerdo, después de que Jimin se presentó como Park su padre mandó a sus trabajadores para que lo agarraran, como si se tratase de un delincuente. Le pareció extraño eso ya que en los ojos de Daehyun solo se veía enojo y furia. Después de una secuencia de preguntas lo soltó y se fue a su oficina.
En cambio su madre se encontraba neutra, con una dulce sonrisa en sus labios. Jimin sabía que esa sonrisa era falsa. Él sabe en lo que se anda metiendo pero una vez dentro no podrá salir.
—Por lo menos nos dejó estar juntos, ¿no es así?
—Extrañamente si.
Hoseok se subió al regazo de Jimin haciendo que las manos de este se detuvieran en sus caderas. El pelirrojo sonrió y bajó hasta la mandíbula del mayor, empezando a dar suaves lamidas a lo largo de este. Park en respuesta apretó el trasero del menor haciéndolo gemir.
—¿Alguien está aburrido no?
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