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MARATÓN

Al final USA decidió dormir en el sofá que estaba justo a lado del pequeño, si bien la cama donde este dormía era muy grande pensaba que le resultaría incomodo dormir juntos por lo cual aquel país de rojo y azul, se recostó en el sofá esperando conciliar el sueño.

Pero al paso del tiempo no pudo, intento cerrar los ojos y contar hasta cien, tal vez así dormiría pero un ruido lo mantuvo alerta, miró a los lados y noto como Yucatán murmuraba entre sueños, este parecía asustado y que no la estaba pasando muy bien en su sueño, tal vez era una pesadilla por lo cual USA se levanto del sofá e intento despertar de aquel horrible sueño que atormentaba al pequeño, le costó mucho pero cuando por fin lo logró ambos de llevaron un buen susto por el grito que el chico pego.

-l-lo siento mucho-

- No te preocupes pequeño-

Yucatán se llevó su mano al corazón ya que este latía rápidamente a causa del susto, pero cuando por fin se pudo tranquilizar miró a su alrededor, no sabía donde estaba pero el lugar parecía ser muy lujoso, y por lo visto sólo estaba el y Estados Unidos de América.

-¿Dónde estamos?-

Fue un débil murmullo de curiosidad pero para aquel país junto a él, lo había escuchado a la perfección, por lo cual este se sentó en la orilla de la cama y le sonrió.

-Estamos en un hotel, te quedaste dormido en el auto así que te trajimos aquí.-

El tricolor abrió los ojos sorprendido, le resultaba algo raro que el estadounidense ubiera hecho eso por el, pero inmediatamente lo descartó pensando que tal vez su hermano el canadiense se lo había sugerido, así que el pequeño solo le sonrio y le agradeció con una tierna sonrisa.

Luego de ello el se formó un silencio un tanto incomodo, por un lado USA se debatía internamente si preguntarle al pequeño que haría a continuación, pero su nerviosismo y cariño hacia el se lo impidió, por otro lado Yucatán pensaba en lo ocurrido ese mismo día, si bien nunca se había llevado muy bien con su padre ahora definitivamente no quería ni verlo, lamentablemente tendría que tomar un vuelo mañana para estar en la junta con todos sus hermanos y definitivamente no quería lidiar con más problemas.

-And ... What do you intend to do small?- (y... ¿Qué piensas hacer pequeño?).

El de rojo y verde lo miró un poco asustado, no quería volver con su padre, ahora mismo tenía tantos problemas en su mente que no quería hacer absolutamente nada.
El norteamericano noto su mirada y en seguida negó varias veces con la cabeza.

- Tranquilo pequeño, no te enviaré con tu padre si no quieres-

El chico se relajo un poco y bajo la mirada con pena, en cierta forma le agradaba USA y lo que menos quería era que viera esta faceta débil de él, por lo cual trató de poner su mejor sonrisa y tratar de que su voz saliera de manera correcta.

- Thank you por ayudarme USA pero debo volver a mi país-

La manera en que lo decía era tan normal que pensarías que esta diciendo la verdad, pero en realidad USA conocía perfectamente a Yucatán y sabía a la perfección que no estaba bien, por lo cual luego de un pequeño silencio el estadounidense sonrió con suficiencia.

- So come to my house- (entonces, ven a mi casa).

El pequeño abrió los ojos con sorpresa para luego sonreír tranquilamente mientras pensaba que no podía engañar a aquel país.
Estados Unidos de América sonrió aún más y acarició gentilmente su mejilla aún con la atenta mirada del pequeño.

- So... Es hora de irnos-

- ¡¿A-ahora?!-

- Por supuesto, cuanto antes mejor-

El chico fue arrastrado por los largos pasillos del hotel notando como en su trallecto mostraba la hora, este se sorprendió ya que eran las 3:30 de la madrugada, por lo que sabía no habían vuelos a Norteamérica a estas horas, el chico intentó explicarle rápidamente al país que su plan no era eficiente, pero USA no hizo caso alguno.

Luego de unos minutos esperando por la limosiona entraron a ella pero pudo notar como aquel gran país mensajeaba con gran rapidez en su teléfono, el pequeño decidió no decir nada en todo el trayecto ya que no sabía que decir, en realidad el se consideraba un chico muy aburrido, no tenía un teléfono de última tecnología, es muy tranquilo y se preocupa por la seguridad de su estado, de allí en más eran cosas triviales e insignificantes por lo que ver a un importante país como USA le daba un poco de vergüenza a si mismo.

Paso una hora y por fin pudo ver de lo que planeaba aquel país, este se quedó pasmado con una sonrisa algo incomoda, frente a él había un enorme avión decorado con la bandera de USA, miró el rostro del país y sólo pudo ver una gran sonrisa de orgullo, el pequeño suspiro y sonrió para aligerar el ambiente.

- Entonces... ¿Me llevaras a mi país con esto?-

Comentó con una gran sonrisa en el rostro, el contrario le sonrió aún más si es que era posible, y contestó con egocentrismo.

- Aún mejor, te llevare al mio-

El chico no tuvo ni tiempo para sorprenderse cuando ya era arrastrado al interior del avión, una vez dentro iba a reclamar pero quedó en total silencio mientras admiraba el interior de este, parecía tan lujoso que le daba hasta miedo sentarse, por otro lado el país rodó los ojos e hizo que el pequeño se sentará frente a él dejando aún más pasmado al chico por lo suave y cómodo que era el lugar, el pequeño se sonrojo  ligeramente al ver como el norteamericano bebía de manera elegante un vino. Pero se sorprendió al notar como este le ofrecia la misma bebida.

- Y-yo no tomo, pero gracias-

- Vamos toma un poco pequeño, solo pruébalo-

El chico no pudo rechazar la mirada intensa que le daba el gran país por lo cual tomó con las dos manos aquella bebida y con un lijero "provecho" se empino toda la bebida.

Pero que mala elección de decisiones...

"YUCATÁN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora