18

451 41 52
                                    

Justo frente a él se encontraba su padre, se veía desesperado y muy asustado, pero a pesar de no querer verlo le preocupaba; por lo que al mirarlo no dudo en dejarlo entrar a su hogar.

-Padre, ¿qué es lo que pasa?, ¿está todo bien?.

-Yucatán... Te necesito... Yo estaba en casa con tus hermanos luego me fui de peda, y después creo que estuve con Rusia, o quizá China además de Canadá, aunque también vi a Chile, ¡ahh no recuerdo!, luego fui a casa con alguien así que y-yo no se que paso después, y ahora ese huerco está en el auto y no se que hacer con el y-

-¡¿Qué?!, espera papá, ¿qué niño?-

El país lo miró con preocupación para luego pedirle que espere, este salió de la casa pero al cabo de unos segundos regresó con algo en los brazos, el estado al ver algo cubierto en sábanas se sorprendió pensando en lo creía que sería.
Este miró a su padre con seriedad y se acercó a él con lentitud mientras colocaba su mano en la manta, y de esta manera retirar lentamente la sabana, cuando esta se destapó por completo el yucateco no pudo evitar soltar un suspiro de asombro.

Lo que veía allí era un tierno bebé, este definitivamente no era un humano ya que carecía de ciertas características además de que no poseia una bandera, pero allí estaba aquella criatura, durmiendo plácidamente entre los brazos de su padre.

-P-padre... Dime que estoy alucinando... -

-Ya me cargo la chingad-

El estado tapó la boca de su padre, ya que a pesar de que el también decía grocerias consideraba que decirlas frente a un bebé era algo realmente malo, aunque lo dejó pasar por la mirada desesperada de su padre.

-Padre debes explicarme todo-

-Bien, bien te lo diré-

Tuvieron que pasar unos minutos para que Yucatán colocará al bebé en un lugar seguro y tranquilo mientras tanto México se preparaba un café bien fuerte para relajarse. Una vez todo listo padre he hijo se sentaron en la sala para que este le aclarara mejor las cosas.

-Padre... ¿Cómo es que ese... Bebé... Esta aquí?.

-Ya te lo explique Yuca' me desperté esta mañana con una pinchi resaca mamona, pero escuché un llanto a lado mio, cuando levante las sábanas vi a un puto huerco, ¡no se como llego allí!.

-¿Y no había nadie más?, por dios México, ¡esto es un gran problema!, ¿qué piensas hacer?.

-¿Abortarlo?.

-¡PAPÁ! Dejate de tus juegos, esto es serio, tienes un bebé, del cual no sabes ni de quien es... Hay que reportarlo a ONU.

-¡¿QUÉ?!, no, no, no eso si que no, ONU va a matarme me colgarla de un techo si se entera, tenemos prohibido tener hijos sin antes consultarlo, el de seguro me matara por eso.

El yucateco tomó su frente con frustración, prácticamente acababa de tener un hermanito del que ni siquiera sabía quién era el padre, esto para el era muy frustrante, sabía que su padre era un irresponsable pero no esperaba que tanto, no sabía que hacer, este le estaba pidiendo ayuda pero evidentemente no podía hacer mucho, tampoco lo podía reportar con la ONU o les iría peor, quizá si llamaba a alguno de sus hermanos estos le ayudarían...

-Podemos llamar a Campeche el siempre da buenas id-

-¡NO!, no puedes decirle a nadie y menos a tus hermanos, por eso viene contigo.

-Espera, espera, ¿quieres decir... Qué yo lo cuidare por ti?.

El mexicano se quedó en silencio con una mirada apenada a lo que él yucateco no pudo evitar tener un tic nervioso por el enojo, sin poder evitarlo empezó a soltar un montón de grocerias y reclamos hacia su padre en maya su lengua materna, lastimosamente, México lo entendía a la perfección por lo que no pudo evitar convencerlo.

-Por favor Yucatán, eres el unico responsable de entre tus hermanos, además tu territorio es tranquilo y seguro, además de que casi nunca sales muy lejos y muy pocos te visitan, puedes cuidarlo aquí, yo vendré a visitarlo y te juro que me lo llevare a penas sepa quien es el padre, tienes que ayudarme, ¡te lo ruego!.

-¡Macachí pec!.

-¿Qué?.

-Que guardes silencio... Necesito pensarlo, papá un bebé es una responsabilidad y yo... Aun no puedo confiar en ti...

-Yucatán yo...

-Esta bien no tienes que decirlo, no es como si algo fuera a cambiar... Como sea, lo cuidare estará mejor conmigo que contigo, supongo que no le puedes decir a nadie sobre esto así que también guardare el secreto, pero debes buscar al padre, sabes que nosotros crecemos rápido en poco tiempo ese bebé se convertira en un niño y será aún más difícil de ocultar.

-Si... Lo tendré en cuenta... Gracias Yucatán.

-No tienes que agradecerme, esto será más que un favor, y solo... No causes más problemas.

Ambos se miraron con tristeza, ellos no tenían una buena relación y que su padre dependiera de él sólo por que no se llevara bien con sus hermanos le causaba tristeza, pero estaba dispuesto a superarlo, a superar aquel amor de padre que siempre había querido, debía dejar de ser tan ingenuo, de empezar a pensar en sí mismo, pero por ahora lo ayudaría, luego pensaría que hacer, esta sería la última ayuda que tendría su padre de el...

El de cinco estrellas acompañó a su padre hasta la puerta dejando que este se retirara con un semblante extraño, al final no le dio importancia y cuando este se fue se tomó la cabeza con frustración, era una estupidez lo que había hecho, pero no pudo evitar ayudarlo, no cuando le preocupaba más el cuidado de una criatura que su propio padre.

Yucatán tocó su corazón mientras suspiraba, ahora sería responsable de un bebé, el tenía experiencia en esto ya que le gustaban mucho los niños, pero todo era diferente al saber de quien era la criatura.

El chico entró en la habitación donde había dejado al pequeño y se sorprendió al verlo dormir tan plácidamente en su cama, parecía tan tranquilo y absorto a su alrededor que respiraba relajadamente.

El estado tomó su teléfono mientras acariciaba su pequeña cabeza, marcó a su presidente y le indicó que necistaria productos para bebé, obviamente tuvo que inventar la excusa que uno de sus amigos tendría uno por lo que no tuvo mayor problema con ello.

Al cabo de unas horas la cuna y otros productos para bebé ya estaban en la puerta de su hogar, con ayuda de algunas personas acomodo todo en su habitación, y lo limpio con rapidez para que el bebé se pudiera recostar y descansar en un mejor lugar.
Cuando esté lo coloco en su cuna vio como abría lentamente los ojos, pensó que lloraría pero grande fue su sorpresa al verlo sonreír.

-Si que eres todo un misterio pequeñín...

"YUCATÁN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora