≽˖՞🌊 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ aprender a nadar parecía una locura,
especialmente porque su abuelo lo exponía
a mar abierto sin ningún tipo de protección.
entonces, al oír el canto de una sirena, que
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Minhyuk se encontraba en su habitación leyendo un artículo de internet mientras se mordía los labios y el interior de las mejillas con total concentración. No sintió cuando un peso extra cayó en la cama, ni mucho menos cuando este se arrastró hasta llegar a su lado, y recostar la cabeza sobre sus piernas.
Los brazos de Hoseok rodearon la cintura de Minhyuk mientras se acercaba más a él, hundiendo el rostro en su entrepierna por unos segundos exhalando aire caliente para llamar su atención. Minhyuk soltó unas risillas tratando de apartar al mayor, pero este tenía más fuerza que él.
Minhyuk por fin dejó el teléfono a un lado y vio a Hoseok con los brazos cruzados sobre su pecho, los labios en una fina línea recta y ojos espectantes. Wonho continuó viéndole desde abajo, con la ballena azul de su novio en una de sus manos.
―Concéntrate en mí ―pidió Hoseok en tono agudo, abultando los labios lo más posible.
Minhyuk soltó soniditos completamente enternecido y apretó las mejillas de su novio, inclinándose para tratar de atrapar sus labios entre los suyos. El chico le hizo la tarea más fácil, acercándose a él y dejando un piquito en ellos.
―¿Qué sucede? ―preguntó Minhyuk, con la cabeza en su pecho y la mano sobre el estómago de Hoseok después de acomodarse en la cama.
―Quiero mimos, eso sucede ―gruñó de manera infantil, provocando que las caricias de Minhyuk en su estómago subieran hasta su pecho.
―Eres un bebé ―murmuró el menor, arrugando la zona T de su rostro, juntando las puntas de sus narices.
Minhyuk amaba con locura la sensación de calidez que Hoseok causaba en él cada vez que se acercaba pidiendo un abrazo, o lo enternecido que se encontraba cuando Hoseok dejaba besos en su cuello y mordía suavemente sus orejas.
―Eres mi bebé ―murmuró de nuevo, mordiendo con extrema suavidad la mejilla del mayor.
Hoseok soltó risiillas gracias a las cosquillas que aquello causaba.
De repente se sentía mucho mejor debido al chiquillo entre sus brazos, que hacía lo posible por restaurar su ánimo todos los días.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
