VI

1.8K 163 0
                                        

-¿¡Desde cuando?!

-No me grites.

Te escuche respirar profundamente, tratando de calmarte.

-Tony

-¿Qué?

-No has estado comiendo bien ¿Verdad? Al abrazarte note que estabas más delgado, pero no pensé que habías bajado tanto ¡Diez kilos ya es demasiado!

-¿Cuándo puedo irme?

-Anthony

-¡Ya no me llames así!

-A tu noviecita al parecer no le importas, que ni cuenta se da.

-Pepper no es mi novia, Steve. Y por mucho que me gustaría enamorarme de ella, no puedo.

Te vi sonreir, pero rápidamente cambiaste tu semblante y te pusiste serio.

-Tienes anemia y de la grave, Anthony

-¿Sólo eso? Genial ya me puedo ir.

-Cuando llegamos aquí, tu presión estaba hasta el suelo, me asustaste...

-Ya me quiero ir.

Baje la cabeza, era cierto estos años no me cuidaba, cuando recordaba comer lo hacia, Pepper ya me había regañado decía que cualquier día me iba a desmayar, eso me pasa por no hacerle caso. Ahora estoy sólo con Steve en una habitación.

-Sabes que odio los hospitales...

-Te daré de alta en la noche.

Miraste unas hojas que tenías, tu cabello rubio estaba bien peinado, nada fuera de lo normal. Cuando estábamos casados siempre llegabas peinado y decías que tenías que lucir así de bien para tu esposo.

-Tony...

-Dime, Rogers

Levantaste la cabeza, dejaste las hojas en la mesa y estabas acercándote y eso no era bueno, al menos no para mi, estabas tan cerca que ya podía sentir tu respiración calmada cerca de mi cara.

-¿Por qué me besaste?

-Rogers, estaba mal, tu mismo lo acabas de decir, seguro me abre caído encima tuyo, algo parecido.

En tu cara podia saber que esa respuesta no te la tragabas para nada.

-Decías mi nombre.

-No eres el único Steve en mi vida.

-Mencionaste mi apellido también, Tony.

Un silencio se instaló en esa maldita habitación de hospital, miraste mis ojos y yo mire los tuyos seguían siendo tan hermosos, como lo recordaba.

-Te extrañe, Tony.

Te estabas acercando más, te aleje con las manos. Y te mire serio, tu esperabas unas palabras de mi parte.

-¿¡Por qué?! ¡Tres malditos años!

-Porque ya lo logré.














...
















¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Flor de jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora