Flor de jardín

XI

- ¿Puedes decirme que me quieres?

Voltee a verlo, su mirada dirigida al suelo, esperando una respuesta.

- ¿Por qué preguntas eso?

- No sé, me he dado cuenta que cuando alguien te dice a ti "te quiero" cambias de tema o simplemente te despides. Nunca te he oído decirlo.

- Me resulta difícil decirlo.

Tomaste mis manos, estabas acariciándome como si fuese una joya recién descubierta, con tus pulgares, era un simple roce, pero lo sentía encantador.

- Te quiero, Tony

- Gracias...

- Algún día haré que me lo digas

Recibí un beso en la mejilla, se sentía bien, tan correcto...

- ¿De mi?

Estábamos tan cerca, era raro volver a tenerte así después de tres años, tu boca tan cerca a la mía. La diferencia ahora es que no puedo lanzarme a besarte.

-Se que es ridículo, lo sé. Tu estabas avanzando tan rápido en tu carrera literaria, eres genial y yo seguía estudiando medicina sin saber si sería sólo un simple médico más.

-Y ahora tengo frente a mi a uno de los doctores más reconocidos en el del país. Que irónico

-Tony...

-¿Qué?

- Dime que me quieres.

Tomaste mis manos y me miraste a los ojos, te regrese la mirada, tus ojos azules seguían siendo lo más hermoso al igual que tu desordenado cabello.

Por mucho que te quiera, no voy a dejartela tan fácil. Sufrí mucho estos años en los que tu te convertidas en uno de los mejores, sintiéndome orgulloso de ti a través de lo que leía de tu trabajo y cuando salías en la televisión.

-Podemos ser amigos, Rogers

Abriste los ojos ante mi respuesta, negaste la cabeza y sentí más presión sobre mis manos, las soltaste para acusarme el rostro y besarme.

Extrañaba tus labios, pero no correspondi el beso por mucho que quisiera y eso hizo que te asustaras más y profundizarás el beso. Cuando nos separamos, comprobé que sigo odiando tus ojos tristes.

-Steve, los amigos no sé besan en la boca.

...