ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɪ

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Lee TaeYong se enfrentó a todo el mundo en el entierro de su padre sin más apoyo que un Papillón y un amante americano. Se sentó ante la tumba como un príncipe salido de un drama, con el pequeño perro color canela echado en su regazo y un par de gafas de sol protegiéndole los ojos. Fue difícil para los asistentes decidirse quién parecía más fuera de lugar: el papillón con su pelo perfectamente peinado luciendo un par de lazos color melocotón en sus orejas, el americano increíblemente guapo de TaeYong con su altura deslumbrante y su pelo negro acomodado a un costado o el propio TaeYong.

El cabello plateado de TaeYong, con ligero brillo lila, caía sobre sus ojos como a un perfecto personaje de manga japonés. Sus labios húmedos, llenos, pintados en un tono rosa suave, estaban ligeramente abiertos mientras miraba el ataúd negro brillante de Lee HyungSoo. Llevaba un traje de chaqueta negro y una respetuosa camisa blanca, pero el escandaloso choker negro se aros plateados que llevaba rodeando su cuello era más apropiado para un concierto de rock que para un entierro. Y sus jeans negros con un cinturón plateado tenía rasgaduras por varias partes de sus piernas, mostrando gran parte de su piel lechosa.

Era la primera vez que TaeYong regresaba a Seúl desde que se había escapado cuando tenía dieciocho años, tan sólo algunos de los presentes conocían al hijo pródigo de Lee HyungSoo. Sin embargo, por las historias que habían oído, ninguno de ellos estaba sorprendido de que HyungSoo lo hubiera desheredado. ¿Qué padre querría pasar su patrimonio a un hijo que había sido amante de un hombre cuarenta años mayor, incluso aunque ese hombre hubiera sido un reputado pintor? Y además, allí estaba la vergüenza de las pinturas. Para alguien como HyungSoo, las pinturas de desnudos eran pinturas de desnudos, y no importaba cuantas pinturas inspiradas en TaeYong estuvieran siendo exhibidas en museos, eso no cambiaba su parecer.

TaeYong tenía un cuerpo pequeño para ser un hombre, piernas largas y esbeltas, pero sus caderas menudas y cintura diminuta lo hacían ver aún más frágil. Tenía un cuerpo de twink, el tipo de cuerpo que atraería a una gran cantidad de hombres homosexuales obsesionados con chiquillos pequeños, dulces y tontos. Pero el cerebro de ese cuerpo era realmente inteligente, y TaeYong era el tipo de chico que no debería ser juzgado por su apariencia.

Su cara no era más convencional que su cuerpo. Había algo demoledor en la estructura de sus rasgos, aunque era difícil de decir qué era exactamente, si su nariz pequeña, su boca firmemente delineada o su mandíbula fuerte. Quizá eran sus cejas, delineadas pero gruesas. O tal vez eran sus ojos. Los que los habían visto antes de que se pusiera rápidamente sus gafas de sol habían tomado nota de la forma en que se rasgaban en sus bordes, de alguna forma casi demasiado exóticos para encajar con el resto de su cara. Kang MinYeol frecuentemente había exagerado esos ojos oscuros, algunas veces pintándolos más grandes que sus caderas.

Durante todo el funeral, TaeYong se mantuvo calmado y sereno. A pesar de la humedad que impregnaba el aire de agosto que igual que las aguas que se deslizaban por el cercano río Han, no proporcionaba ningún alivio al calor. Un toldo verde oscuro daba sombra a la tumba y a las primeras filas destinadas a la gente más importante que estaban situadas en semicírculo alrededor del ataúd negro ébano, pero el toldo no era lo suficientemente grande para dar sombra a todo el mundo, y mucha gente engalanada estaba parada bajo el sol, donde habían comenzado a debilitarse, no sólo por la humedad sino también por el perfume abrumador de casi cien centros florales. Afortunadamente, la ceremonia había sido corta, y como no había ningún tipo de recepción posterior, pronto podría dirigirse había sus frías piscinas y regocijarse en secreto del hecho de que le hubiera tocado a Lee HyungSoo en lugar de a ellos.

El brillante ataúd negro estaba posado encima de la tierra sobre una alfombra verde que había sido colocada directamente delante del lugar donde TaeYong se sentaba entre su hermanastro de quince años, DongHyuck, y su primo Kim SungHo. La pulida tapa estaba cubierta de estrellas florales de rosas blancas adornadas con cintas celestes y doradas, colores de los Seúl Stars, el equipo de la Liga Nacional de fútbol del que HyungSoo había tomado las riendas hacía años.

It was always you [A¦Jaeyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora