Dragones

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Igneel era considerado el dragón más fuerte y poderoso de la época, fue nombrado rey por sus camaradas y la paz entre humanos y dragones coexistia.

Media 8 metros de alto y 15 de largo, la mayoría de los dragones eran grandes y fuertes y tenían esas mismas medidas.

Pero irónicamente aquel rey era el único de su clan que no tenía pareja.

Estaba solo, rodeado de sus camaradas pero sin una pareja a su lado, y a él no le importaba, estaba dedicado completamente a la armonía y protección de su clan.

Veía como cada dragón y su pareja tenían sus crías.

La felicidad reinaba, se respiraba paz y tranquilidad.

Ellos vivían en un bosque profundo y grande, rodeado de montañas, era el lugar favorito de la mayoría de los dragones, ya que hacían sus refugios en la altura de aquellas montañas.

Había todo tipo de dragones, viviendo en armonía en aquel gran bosque.

Igneel tenía 6 dragones a su alrededor que eran los más confiables para el.

Grandinee.- Dragona blanca de imponentes alas, ojos azules y escamas blancas brillantes, usaba una magia peculiar y única, magia curadora, ella era la encargada de sanar a sus demás camaradas cuando se lastimaban. Ella era la más cercana a Igneel, se decía incluso que ellos terminarían juntos, pero ellos no se veían de esa manera. Tampoco tenía pareja ni crías.

Metallicana.- Un dragón de color plateado que usaba magia de metal, con un soplido convertía cualquier cosa a metal, era algo muy peculiar.

Zeno.- Dragón amarillo que tenía el poder de lanzar rayos eléctricos con su rugido y alas.

Weisslogia.- Dragón Blanco con escamas que brillaban en un tono plateado. Tenía un poder increíble de la luz, quemaba todo a su paso con su brillo.

Skyadrum.- El dragón negro de las sombras, su oscuridad estaba a tal magnitud que podía cubrir a un poblado entero por días.

Cubelios.- El dragón Marrón del veneno, el único en su especie que podía matar con tan solo escupir algunas gotas de su saliva a miles de humanos. El al igual que Igneel no tenía pareja debido a su poder.

Cierto día mientras Igneel reposaba en sus aposentos olió a lo lejos mucha sangre humana derramandose.

Grandinee se acercó a él a los pocos segundos.

-Muchos humanos están muriendo en una batalla.-

La voz dulce de aquella dragona hizo que se pusiera de pie

-Se que quieres, está bien, iré contigo a hechar un Vistazo.-

Extendió sus grandes alas y junto a ella volaron hacia aquella aldea humana

Al llegar el panorama era peor. Muchos humanos muertos y muchos otros peleando, lograron ver a lo lejos a un camarada suyo

Belserion, un dragón gris de gran poder.

-¿Que sucede aquí belserion?-

Preguntó Igneel acercándose a él.

-Irene una amiga mía me pidió ayuda para rescatar a algunos niños que vivían esclavizados, pero los padres no quieren entregarlos y comenzó una guerra, sabes que no me gusta pelear Igneel, estos niños corren peligro.-

Aquel Dragon Rojo medito un poco, mirando la situación, muchos niños temblaban mientras veían a su alrededor a varios otros muertos en el suelo.

-Grandinee, sana a esos niños que están heridos, ayudaré a Belserion a terminar con esto.-

La dragona de ojos azules asintió la orden.

Extendió su pata hacia aquellos siete niños que intentaban cuidarse entre ellos, tenían heridas y estaban muy asustados.

Pudo ver a una niña de cabellos negros entre ellos, quizá era la más chica de todos ellos.

Una luz cálida azul salió de su pata y las heridas de todos los niños comenzaban a sanar.

Aquella niña miro directo a los ojos a Grandinee, ella pudo sentir una fuerte conexión al instante.

Sin duda se acercó a Grandinee y le tomó una uña con su pequeña mano, a modo de querer agradecer o más bien buscar consuelo

-Estaran a salvo ya todos. No se preocupen.-

Habló la dragona

Aquella niña asintió y se acurrucó en su uña que tenía agarrada.

Grandinee sabía que algo especial había en esa niña.

La tomo suavemente con su pata y la niña confio.

Los otros seis veían asombrados aquella escena, una pequeña niña tomada con suavidad en la gran garra de un dragón.

Otro niño de cabellos rosados se puso de pie

-¡Yo quiero ir también! Wendy es como mi hermanita y es mi deber cuidarla.-

Grandinee miro a aquel niño, le calculaba unos 7 años

-Todos vendrán-

Contestó segura la dragona.

Los otros niños sintieron alivio y corrieron rápido hacia ella.

Ella se agachó un poco más y los dejo subir en su lomo

Igneel se acercó de nuevo a ella y la vio dejar que esos niños subieran en su lomo.

Los niños poco a poco dejaban la inseguridad y el miedo atrás y en sus rostros se dibujaba una sonrisa, estaban fascinados en estar sobre un dragón.


-¿Te llevarás a los niños contigo Rey Igneel?-

Aquel Dragon miro hacia la humana que lo hablaba, ella era una joven de cabellos rojos escarlatas, se llamaba Irene era una gran amiga de Belserion una de las pocas humanas que convivía con un dragón.


-Supongo que se han quedado sin padres, la batalla aquí fue muy sangrienta, ¿O tú cargaras con los siete Irene?-


Irene analizó un poco la situación, cuidar de siete niños sería realmente complicado. Sobretodo porque ella va junto con Belserion a otras aldeas a intentar acabar con las guerras.


-Le enviaré una maestra para que le ayude a los pequeños niños a leer y escribir.-


Igneel agradeció y aceptó


Extendió sus grandes alas y junto a Grandinee se marcharon de ahí llevándose consigo a los siete niños.

❤️ El Dragón Enamorado ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora