Nuevos Reyes

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A dos meses de la muerte del rey Jude por fin tenían fecha de su nombramiento como reyes de Fiore.

Lucy estaba muy nerviosa, se decían muchas cosas sobre ellos dos. Pero lo que más le preocupaba era que ya no tenía mucho tiempo con su hijo.

Entre las preparaciones, las medidas para su vestido, entre otras cosas, ella tenía que dejar al bebé a cargo de una nana.

Sentía sus pechos llenarse mucho y pedía que le trajeran a su bebé, se encerraba en una habitación para que el pequeño pueda amamantarse tranquilo.


Natsu con los preparativos y la vigilancia de los dragones también había descuidado un poco a Lucy y a su bebé. Estaban bien, sanos y salvos, pero no había tenido un solo día de paz con ellos.

A unos días de la coronación, esperaba a Lucy en la habitación, tenía al bebé en brazos y le hablaba y arrullaba.

Lucy entró y le encantó ver aquella escena.


-¿Todo bien?-
Preguntó mientras se acercaba a ellos.

Natsu asintió, le dio al bebé en brazos y salió por la ventana, se transformó en seguida en dragón.

Estiro su garra hacia ella, ella la tomó gustosa y subió en el con su bebé en brazos.

Natsu emprendió vuelo, se alejaron de Fiore, en las fronteras con el otro reino.

Se sentaron en aquel césped y simplemente disfrutaron de su compañía.

Les hacía falta estar a solas y olvidarse de todo por unos segundos.

El bebé balbuseaba y le hacía gestos a sus padres. Ellos estaban encantados y felices jugando con su pequeño


El anochecer caía, era momento de volver.

Natsu tomó a su esposa y a su hijo y se elevó por los cielos una vez más, llegaron a Fiore y continuaron con sus labores.




El día de la coronación llegó


Lucy vestía un espectacular vestido dorado, con algunos detalles blancos, una capa roja y zapatos altos dorados.

Natsu vestía un traje dorado con detalles blancos, combinaba perfecto con el vestido de Lucy, tenía también una capa roja en su espalda.

La madre de Lucy se ocuparía del bebé en lo que tardaba la ceremonia de coronación.

Era algo sencillo, pero con ciertos detalles que debían llevar paso a paso.

Cómo ellos estaban casados ya, solo era que el sacerdote les mencionara sus responsabilidades y cargos como nuevos reyes. La imposición de las coronas y cetro, para luego ellos reafirmar su compromiso con el reino


Estaban a lo alto de las escaleras una de cada lado, Lucy el derecho Natsu el izquierdo, frente a frente, listos para bajar.

Laila se acercó a ellos y les deseo suerte, mientras bajaba con el bebé en brazos, el cual portaba un traje a su medida de color blanco con rojo.

Lucy estaba nerviosa, intentaba calmarse respirando hondo y profundo.

Natsu comenzó a acercarse a ella y le tomo la mano, abrió los ojos de inmediato.

-¿Qué pasa?-
Preguntaba dulce, intentando controlar su nerviosismo.

-Todo saldrá bien.-
Respondió el pelirosa.

Lucy realmente se calmó, tenía razón todo estaría bien


La trompetas sonaron, Natsu hizo que Lucy rodeará su mano a su brazo izquierdo de él.

Y caminaron paso a paso, coordinados.

Cuando llegaron por fin al último escalón se soltaron.

Hicieron reverencia ante el sacerdote y el comenzó a leer las clausulas sobre su compromiso.

Natsu le parecía fastidioso e innecesario, cuando Igneel lo dejó a cargo de todo no hizo nada de eso.

Los humanos se complicaban mucho la existencia.

La letanía por fin concluía.

Aún en reverencia el sacerdote tomó la corona grande de Laila y la colocó sobre la cabeza de Lucy, después la de Jude y la colocó sobre el pelirosa.

Cuando ambos tenían las coronas encima de cada uno.

Dieron dos pasos al frente y colocaron su mano derecha sobre la Biblia.

-Yo Lucy Heartfilia, prometo que mi deber será siempre cuidar y proveer las riquezas del reino.-

-Yo Natsu Dragneel, prometo cuidar al reino como a mí familia, mantenerlos a salvo de todo mal y proveer cada riqueza aquí.-

Cuando terminaron de decir sus palabras, quitaron la mano de la Biblia, dieron un paso al frente, se tomaron las manos, se acercaron a ellos dos empleados y les otorgaron un cetro de oro a cada uno.

El sacerdote estiro ambas manos.

-Los nuevos reyes de Fiore, Lucy Heartfilia y Natsu Dragneel.-


Todos los presentes hicieron reverencia para luego aplaudirles.

Ahora ellos eran oficialmente los reyes.

Mientras les aplaudían, Lucy veía a sus familiares y amigos cercanos ahi, todos felices y orgullosos.

Ella sonreía tranquila, todo estaba saliendo bien.

Bajo la última escalera para quedar en el piso del salón.

Se acercaron los mismos empleados a quitarles los cetros y otorgarles uno grande, que ambos tomaron con sus manos.

Uno frente al otro comenzaron a danzar al compás de la orquesta, era tradición y costumbre que los reyes bailarán el vals de presentación.

Al concluir el vals, ellos aún de la mano por fin podían mezclarse y comer algo con los invitados.

Lucy pudo cargar a su bebé.

El resto de la velada la pasó con el bebé en brazos junto a su esposo.

Todos los dragones estaban orgullosos de natsu, no había nadie más confiable, valiente y responsable que el.

Pero la felicidad les duraría poco, en la frontera de la ciudad un grupo de dragones se acercaba sigilosamente a Fiore, dispuestos a matar a cada humano que se encontraran.



Estaban en medio de la velada, reían y la pasaban bien.

Natsu sintió aquel gran poder mágico, miro a Gajeel y a Erik, ellos tenían el instinto tan fuerte como el.

Sabían lo que tenían que hacer, salieron de la fiesta, y se apresuraron a llegar a la frontera.

Natsu se acercó a Wendy y a Irene.

-Unan sus fuerzas, necesito una barrera protectora.-

Ambas asintieron.

El caos estaba por caer en Fiore

❤️ El Dragón Enamorado ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora