❤️ El Dragón Enamorado ❤️

La princesa Lucy

Natsu se perdió en ella, una rubia de cabellera lacia larga, ojos chocolates, grandes pechos, y cintura pequeña.

Portaba un vestido digno de una princesa, color rojo con detalles dorados, muy frondoso.

Estaba hipnotizado con su belleza era la primera vez que veía a una mujer tan bella como ella.

Junto a ella venía otra chica de cabellera corta color azul, vestía un vestido simple de color blanco con rosado.

Gajeel al parecer se había hipnotizado con aquella otra chica, no dejaba de mirarla también.

-¡Princesa Lucy!-

Hablo Irene a aquella rubia quien la escucho de inmediato y se acercó a abrazarla.

-¡Irene Sama! ¡Erza! ¡Que gusto verlas! ¿Que las trae por aquí?-

Contestó feliz con una gran sonrisa.

-Venimos a hablar con tu padre, acerca del ataque de aquellos dragones de hace algunos días.-

Respondió en seguida Irene.

-¡Oh si! Lo lamento Irene Sama, pero sé que mi padre la apoyara al igual que yo.-
Volvió a contestar la rubia

-Espero que si, ¿Será posible que pueda atenderme?-

-Supongo que si, vengan conmigo.-

Irene asintió y llamo a todos y ellos la siguieron

Natsu estaba ajeno a todo solo miraba a aquella chica rubia. Grababa su olor en su memoria.

Rosas su cabello olía a rosas y su perfume tenia un aroma ligero a chocolate y vainilla.

Respiraba hondo y profundo, impregnandose del olor dulce de la rubia.

Gajeel por su parte hacia lo mismo con aquella otra chica de cabellos azules, era más bajita de estatura que la rubia, ojos cafés claros, y de pechos más chicos que la rubia.

Seguían todos a la rubia, llegaron pronto a un gran castillo que se encontraba en medio de la ciudad.

Los guardias reverenciaron a la princesa y luego apuntaron sus espadas hacia los demás.

-Dejenlos pasar.-

Ordenó Lucy en seguida al ver qué apuntaban sus armas.

Ellos obedecieron y los dejaron pasar.

Subieron las escaleras y entraron al castillo, llegaron a la sala principal donde se encontraba el trono del padre de ella.

Lucy caminó hacia él, y le comentó de la visita de Irene.

El rey era un señor de cabellera castaña clara al igual que su bigote y barba, su color de ojos eran verdes.

Miró a Irene junto a varios chicos, como de la edad de su hija Lucy.

Asintió la petición de su hija y le otorgó a Irene la palabra.

-Buenas noches Irene, ¿Que se te ofrece?-

Irene se acercó más a él y junto a Erza hicieron una reverencia ante el rey de respeto.

-Disculpe por venir a esta hora, pero es muy importante lo que vengo a decirle. Los humanos temen a los dragones y creo que si estos chicos conviven con los humanos ellos dejarán de temer.-

El rey no entendía porque ella decía que al convivir con ellos cambiarían de parecer.

-Si, escuché sobre el ataque, pero no entiendo porque estos chicos cambiarían su forma de pensar. Explicate Irene por favor.-